Princess Of Azgeda

Unión

Los primeros rayos de sol hicieron que Klark se despertase, podría haberse vuelto a quedar dormida con tan solo girar sobre sí misma y dar la espalda a aquel ventanal por el que entraban los rayos. Durante algunos minutos se quedó mirando las lejanas montañas que se veían a través de aquella ventana. Fueron tan solo unos minutos, casi de inmediato decidió salir de la cama, tras asearse en el baño y vestirse salió del dormitorio. La pequeña sonrisa con la que había amanecido se desvaneció al ver a sus guardianes en pie a ambos lados de la puerta, recordándole que no era libre.

Saludó con un leve movimiento de cabeza y caminó hacia el ascensor. Quería comprobar hasta dónde llegaba la libertad que tendría. La princesa junto a los dos guardias entraron en el ascensor. Cuando la joven dijo que iba hasta abajo, ambos se miraron sorprendidos. Los guardias se miraron entre ellos, ninguno tenía claro de cómo debían comportarse. Las órdenes que Heda les había dado eran tan solo vigilar a la princesa.

-¿Queréis preguntar a vuestra Heda si puedo o no salir? – Klark ni siquiera les miraba al hablar a fin de cuentas ella era la Princesa de Azgeda y ellos simples guerreros. Ante el silencio de ellos Klark sonrió- lo que pensaba, iré a dar un paseo.

Los guardias la seguían, mantenían una distancia prudencial estaban seguros que a la Comandante no le gustaría que ellos estuviesen atosigando a la joven. Un segundo fue lo que la princesa se detuvo en un puesto de comida, tan solo un segundo fue lo que los guardias desviaron la mirada hacia otro de los puestos. Esos segundos, supusieron que ambos entrasen en pánico. La princesa había desaparecido.

Recorrían el mercado, las calles principales de Polis, pero no encontraban a la joven en ningún sitio. Estaban retrasando lo inevitable, tener que decirle a su Heda que habían perdido a la persona que se supone tenían que vigilar.

Las puertas del salón del trono se abrieron, Leksa estaba reunida con los SkaiKru. Los asaltos a sus tierras continuaban y por el tono que estaban empleando esta vez, ni ellos ni Leksa pensaban dejarlo pasar.

-Heda- Lexa llevó su vista hacia los guardias. Tan pronto los vio se puso en pie. Se le notaba tensa.- Heda- repitió uno de ellos.

-¿Dónde está Klark? – Ambos se miraron y negaron- otra vez no. ¿Me estáis diciendo que no sois capaces de vigilar una puerta?

-Salió- Lexa miró al que habló con dureza- Dijo que iba a pasear.

-Pero fuimos con ella – Intentó defenderlos el otro, ganándose con ello una mirada heladora por parte de la comandante- La perdimos en el mercado.

-¡Indra! – La morena entró en la sala tan pronto fue llamada- Que pasen unos días en las mazmorras. Raven, siento tener que postergar este encuentro para otro momento. De todas formas, tanto tú como Bellamy sois mis huéspedes- Raven asintió pero el joven se puso en pie para rebatir.

-Nuestro tiempo es oro ¿te crees que puedes dejarnos aquí sin más? – Raven tiró del brazo de su acompañante en un intento de que guardase silencio.

-Sí, claro que puedo – Contestó con firmeza Lexa mientras se acercaba hasta el joven SkaiKru- pero no os dejo sin más. Ha surgido un problema que si no lo soluciono podría terminar con nuestra coalición. Para ser un buen embajador debes aún aprender muchas cosas, entre ellas a controlar tu mal genio.

-No soy un embajador. Soy un guerrero – Lexa miró a Raven y negó con la cabeza. Desde el día que había conocido a Bellamy supo que le traería problemas. La pregunta era, ¿cuándo?

-Siendo guerrero, no entiendo que haces aquí. Deberías estar protegiendo tus fronteras, protegiendo a tu gente – Bellamy se lanzó a por Lexa pero esta le placó y le hizo caer al suelo- ¡Nunca! Nunca intentes atacarme. Soy Heda – En los ojos de ambos se podía observar el poco aprecio que ambos se tenían- Por respeto a Raven y a tu líder, no tendré en cuenta el ataque, pero por tu bien espero que no se repita- Soltaba el brazo y le dejaba ponerse en pie- Raven, volveré lo antes posible, concreta todo con Indra.