Titus

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Tan pronto vio partir a Roan y los suyos, Leksa ordenó preparar todo para su viaje de vuelta a Polis.

Intentaba asimilar todo lo que Roan le había contado. Tenía una autentica bomba en sus manos. La hora de su venganza había llegado. Al fin la reina Nía pagaría por el asesinato de Costia.

Heda se preguntaba ¿hasta dónde conocería Klark su origen? Mientras caminaba por TonDc se iba cruzando con los habitantes del poblado, los cuales se sorprendían de encontrar a su Heda sin ningún tipo de protección. Muchos de ellos se dirigieron a Indra para comunicar el temor que sentían por la seguridad de su líder.

-Heda – Leksa se paró al escuchar la voz de Indra a su espalda.

-Puedo cuidar de mi misma- Dijo sin tan siquiera mirar a la líder del poblado.

-Eso lo sé. Pero tu pueblo tiene miedo- Ahora sí giró sobre sí misma, colocó sus manos a la espalda esperando la continuación- Nadie duda de tus dotes para defenderte, pero también saben que Azgeda haría cualquier cosa para hacerse con el poder. Y Roan ha estado aquí – Lexa levantó una mano haciendo con ello que Indra guardase silencio.

-Roan no estaba interesado en mí, no esta vez. Mi pueblo debería confiar más en que sé lo que debo o no debo hacer. Y no sólo mi pueblo – Indra agachó la cabeza- Espero que todo esté preparado para nuestra partida.

-Lo está Heda. Solo falta que ordenes qué hacer con la prisionera.

-Irá contigo. La quiero vigilada todo el camino. Mordaza, manos atadas y la cabeza tapada. Cuando lleguemos a Polis quiero que la encierres en una de las mazmorras del foso. Facilítale un cuenco con agua y algo de alimento.

-¿No la vas a mandar a Azgeda? – Lexa ignoró la pregunta y retomó su caminar. Para ella la conversación había terminado.

Todo se realizó como Lexa había ordenado. Al alba se encontraban ya en Polis. Siguiendo las indicaciones de Heda, Indra había dejado en las mazmorras a la princesa. Titus, interrogó a la líder de TonDc, pero ésta sabedora que el guardián de la llama había perdido gran parte de la confianza que en él tenía Lexa, no le había contado nada.

-Exijo una respuesta – Indrá le miró con fiereza al sentir como éste posaba su mano sobre su hombro para así detener su marcha.

-¿Exiges? – Indra desenvainó su espada- Pregúntale a Heda, y ahora si quieres conservar tu mano será mejor que la apartes de mi.

El guardián sabía que nada lograría sacar de la guerrera. Pero de la misma forma también era sabedor que Lexa hacía tiempo que ya no confiaba en él. Debería ser él mismo el que lograse saber todo de aquella joven.

Titus entró en la celda. Se acercó hasta el poste en el que la prisionera estaba encadenada y le quitó la capucha que tapaba su cabeza.

-¿Nombre? – Clarke miraba con los ojos casi cerrados a aquel hombre que tenia frente a ella - ¡Nombre! – Esta vez la gritó y lo hizo tan cerca que Clarke notó la saliva de él sobre su cara. Pero la joven princesa guardó silencio- Hablarás – Siguió con su vista hacia dónde iba el hombre. Intentó soltarse cuando le vio regresar a su lado con un cuchillo en la mano- ¿Quieres descubrir lo que puedo hacer con esto? – Clarke apretó las mandíbulas y cerró los ojos- Dime tu nombre niña.

-No soy nadie – Titus le lanzó una bofetada que hizo que Clarke girase la cara – No soy nadie – Su mente le hacia una pregunta constantemente ¿Leksa la había llevado hasta allí para dejarla en manos de ese psicópata? Pero la Comandante ya sabía su nombre. Mientras ella guardaba silencio Titus continuaba golpeándola. Sintió como su piel se rasgaba. Notaba como sus músculos eran separados. Y no pudo continuar en silencio cuando sintió como la herida comenzaba a arderle. Su grito resonó en todas las mazmorras.

-¡Titus! – Ambos reconocieron esa voz de inmediato. Él se alejó de Clarke y giró aun con el cuchillo ensangrentado en su mano - ¿Qué has hecho? – Lexa desenvainó su espada y la apoyó sobre el pecho de su maestro y consejero- ¿Estás bien? – Su pregunta la dirigió a Clarke al igual que su mirada- ¿Estás bien? – Repitió al ver la sangre manar de la herida- ¡Indra! – De inmediato la líder trikru entró en la sala.

-Heda – Miraba a Titus con sorpresa. Se acercó hasta Clarke y comenzó a soltar las cadenas. Nadie se lo había mandado pero estaba claro que eso era lo que había que hacer. La prisionera estaba herida y era demasiado valiosa.

-Quiero que detengáis a Titus, le encerréis en la mazmorra hasta que Clarke decida que quiere hacer con él – El hombre la miró sin poder creer lo que terminaba de escuchar.

-Heda, sólo quería ayudar – Intentaba acercarse hasta Lexa pero ésta continuaba apuntándole con su espada y no dudó en clavársela un poco en el hombro haciendo que la sangre comenzase a brotar.

-NO necesito tu ayuda. Sé quién es la joven. Has vuelto a extralimitarte y esta vez ha sido la última. Te aseguro que nunca volverás a servirme. Si ella no te condena lo haré yo – Clarke se acercó hasta el hombre.

-Cada gota de mi sangre que has derramado será una gota de la tuya que yo tomaré. Te aseguro que desearás no haberme puesto la mano encima- Con un movimiento felino le quitó el arma a Lexa y blandiendo la espada le seccionó la mano a Titus. Lo que sucedió tomo a todos por sorpresa. Tras cortarle la mano se giró- Creo que es tuya – Le devolvió a Heda su arma.

-Igual deberíamos esposarla nuevamente – Lexa escuchaba lo que Indra decía pero no podía dejar de mirar a Clarke y acto seguido mirar a su asesor tirado en el suelo aullando de dolor y tapándose el brazo al que ahora le faltaba la mano- Heda ¿Qué hacemos con ella?

Leksa levantó la vista y la clavó en los ojos azules de Clarke, se preguntaba cómo había sido capaz de arrebatarle su espada sin tan siquiera tener tiempo de sentir su ausencia en su mano antes de atacar con ella a Titus- Llévala al salón del trono, quiero hablar con ella a solas. Y avisa al sanador para que mire su herida.

-Alexandría no me ¿temes? – Leksa se tensó al escuchar su nombre completo.

-Soy Heda, no temo a nadie ni a nada- Contestó girándose para salir de aquel calabozo- Indra avísame cuando el sanador la haya revisado. Y también que mire a Titus.

Princess Of AzgedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora