Como nunca y para siempre.

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Las cosas parecían haber mejorado considerablemente, eso de "después de la tormenta viene la calma" si que se podía tomar en un sentido casi literal.

Todos se enteraron de lo que pasó aquella noche de un domingo, o bueno...sólo supieron la mitad. Debido a los destrozos de la casa de Kagami y la causa de un desastre natural bastante inusual el gobierno tenía que pagar todo lo que allí se perdió.

Salió en las noticias como "una tormenta dentro de una casa" los más inteligentes en ambientes no sabían como expresar sus teorías acerca de cómo era posible que los rayos entrasen a una casa de esa manera. "Es como si estuvieran vivos" dijo un científico pero nadie le hizo caso, incluso lo tomaron por loco. Kagami y Kuroko fueron la excepción.

Los televisores y los periodistas querían la atención y las respuestas de la luz y la sombra, cosas como "¿Cómo es que lograron vivir?""¿Qué sintieron?" "¿no les da miedo que vuelva a pasar?"

Era verdad, ¿podía volver a pasar? Kagami y Kuroko no se veían tan preocupados como quizá para los demás deberían de estarlo, se veían tan calmados en la entrevista, y a cada pregunta ellos se miraban directo a los ojos, se sonreían y respondían nombrando al otro. El hecho de que vivieron esa infinidad de cosas en tan sólo una semana los había hecho cambiar, en definitiva eran nuevas luz y sombra, se sentían más cercanos el uno al otro.

-Al principio tuve miedo, como cualquier persona, temía morir y temía que muriese Kagami-kun

-Y yo estaba más que aterrado, entraba en shock casi todo el tiempo, y estuve a punto de morir, si no fuese por Kuroko.

-No le temo a que...las tormentas regresen, no si estoy con mi luz.

-Yo tampoco, no si estoy con mi sombra.

Las entrevistas no tuvieron cada ningún detalle de lo sucedido, Kagami y Kuroko llegaron a la conclusión de que era algo tan personal de los dos que sólo ellos y los que vivieron eso debían de saberlo, no todo claro, pues era algo que les hizo cambiar a ambos era como parte de su propio corazón.

Seirin lo supo, supo de ese otro ser, y claro que no lo podían creer al principio, la evidencia era demasiada como para no creerla después de verla.

Todo Seirin se disculpó con Kagami, pues él les dijo desde un principio y jamás le hicieron caso, tanto fue sus disculpas que cada uno le compró dos hamburguesas al más alto. Y este estaba más que feliz, todo había quedado atrás.

Con respecto a la familia del más bajo, ni se diga, fueron los que más supieron al respecto, y la madre le lloró a Kagami en los hombros, el padre le dijo que tenía su total admiración por haber salvado a su hijo por encima de su propia vida, de cierta manera Kagami ya tenía un lazo con aquellos padres.

Los boletos para aquel viaje quedaron desechos pero gracias al gobierno estos se recuperaron con facilidad. No sólo eso, sino que en vez de sólo dos boletos fueron cuatro.

Kagami invitó a los padres de Kuroko y gustos ellos aceptaron, el viaje era a las montañas nevadas, a ver la aurora boreal.

En ese momento la noche era presente, las estrellas eran deslumbrantes y la aurora boreal contenía tan hermosos colores que nadie podía dejar de mirarla, tanto la luz y la sombra como los padres estaban maravillados, incluso los padres aprovecharon para tomarlo como una cita para ellos dos, pues dejaron a solos a los dos amantes.

Parecía no importarles que Kagami estuviese con Kuroko, más bien, parecía estar de acuerdo con ello.

-Kagami-kun, gracias por traernos a este lugar.

-No agradezcas, te quise traer desde hace mucho tiempo.

-Me alegra que sea contigo el ver esto, es...es algo especial.

-Si que es especial, pero sólo porque tú estás presente.

Kuroko rió ruborizado, se sujetó la bufanda y se abrochó bien el suéter.

-¿Tienes frío? Puedo darte mi chaqueta.

-No quiero que te enfermes, yo puedo aguantarlo, Kagami-kun.

Kagami miró a los padres y ellos se encontraban abrazados tiernamente mirando hacia el cielo contemplando aquella aurora. La luz abrazó a su sombra casi de la misma manera, le abrazó al grado de levantarlo un poco y hacerlo quedar en puntillas con el suelo. Kuroko le abrazó con fuerza y hundió su rostro en su pecho, así claramente no iba a tener frío.

El más alto acarició los cabellos del celeste y rozó su nariz con estos, estaba tan agradecido, y tan contesto de tenerlo en esos momentos, ahora por fin podría decir lo que tanto calló por meses.

Miró a los padres y ellos que, lo miraban sonrientes asintieron.

Ya podía sentir los nervios dentro suyo, suspiró para poder calmarse y se separó un poco de Kuroko para que así se viesen a los ojos.

-Kuroko, hay algo que debo hacer ahora mismo.

-¿Y Qué es?

Kagami sonrojado sonrió y agachó la cabeza, y se hincó entre la nieve. El corazón de Kuroko se detuvo en ese mismo instante.

-Kuroko-Le nombró mientras tomaba su mano y besaba sus nudillos.-Con esta aurora boreal presente quiero confesar una vez más que te amo, te amo como a nada en este mundo, eres...eres el único que ha logrado cambiarme tantas veces como se es posible, gracias...gracias por todo, gracias por amarme.

-Kagami-kun...

-Y esto, lo planeé desde hace un tiempo considerable, no creas que no lo pensé, claro que lo hice, pero la respuesta estuvo frente a mi todo este tiempo, quiero hacerlo ahora y lo haré.

Kagami sacó un ramo de rosas de su espada ¿de dónde lo había sacado Kagami? Sólo él lo sabía. Se le dio a Kuroko y este las tomó con las manos temblorosas.

-Kuroko, con esta aurora boreal presente-Comenzó mientras mantenía una de sus manos sujetado la del otro y la otra escondida en su bolsillo de la chaqueta.- y mi corazón hablando ahora, te prometo nunca decir nunca, nunca decir siempre, prometo amarte como nunca y para siempre.

Kagami sacó de su bolsillo una pequeña caja no más grande que un puño cerrado, de terciopelo negro, Kuroko estaba quieto, muy quieto, estaba tratando de mantenerse de pie, pero cuando Kagami abrió esa pequeña caja y un destello le llegó llegó a los ojos celestes del más bajo no pudo evitar que el aliento se le fuese de la boca y sus ojos empezasen a ponerse húmedos. Era un anillo...un anillo.

-¿Me permites ser tu luz para siempre?

Kuroko no aguantó mucho tiempo en el mismo lugar, se aventó hacia Kagami y cayó sobre de él, hundió su rostro en el pecho del más alto y se sujetó con fuerza

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Kuroko no aguantó mucho tiempo en el mismo lugar, se aventó hacia Kagami y cayó sobre de él, hundió su rostro en el pecho del más alto y se sujetó con fuerza. Kagami estaba realmente feliz, y cuando Kuroko pudo levantar la vista su sonrojo era intenso, no podía dejar de llorar y debido a lo mismo y la falta de aliento le era imposible el poder hablar.

Asintió.

-Quiero, quiero Kagami-kun, quiero casarme contigo.

//Este es el último capítulo, me da algo el terminarlo, agradezco mucho pero es que no puedo evitarlo. Gracias, por seguir esta historia, me alegra saber que les gustó, un tanto atípica lo sé, tengo otras más que les enseñaré "Como un pájaro" seguirá pero me tardaré un poco, les pido paciencia. Gracias de nuevo, y les pregunto ¿Quieren un extra? Sería su luna de miel 7u7r sí eso, ustedes diganme. De igual manera pensaba en una segunda parte, ya que hay mucho que se puede tomar.//

Y...¿Quién es él? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora