Diana [La arquera de la luna]

Prólogo

Me pregunto ¿cuál sera el punto de quiebre del ser humano, aquel límite que separa la cordura de la demencia? 

Sera aquel breve instante en que la mente colapsa en un mundo saturado de ideas, pensamientos y emociones o cuando la voluntad cae ante la desesperación.

Quizás sea cuando lo real comienza a dar espacio a la fantasía y el ser mismo se pierde en lo irreal.

Entonces...

¿cuando mi mente comenzó a ceder? A fragmentarse en dolorosos espacios de locura y anhelo.

Tal vez, dio inicio la primera vez que realmente me perdí en su mirada o cuando mis sueños comenzaron a girar entorno a él. ¿ Desdé cuando la realidad se desvanecía bajo mis pies? Quizás fue cuando me atreví a ver mas allá de su rostro apacible o cuando me arriesgue a sentir algo más que la furia de sus besos.

La única certeza que llevo grabada en mi pecho es que odio a ese ser que me hace divagar.

Él siempre sera un patán, un ser malicioso y tramposo, que sólo espera vacilante verme caer para así tomar lo poco que quede de mí... Por qué ambos no estamos destinados a sentir aprecio.

" — El dolor nos hace sentir vivos Diana... "

Y cuanta razón tuvó cuando susurró esas palabras en mi oído al creerme dormida.