Alianzas de Fuego

69 28 4
                                    

— Entonces... Ha sido suficiente para que decidas ¿no?.

Apenas habían transcurrido unos minutos, en silencio. Mis ojos grisáceos estudiaron los azules profundos de Elliot.

— ¿Por qué yo?.

— Eres la única de ese clan que no está cegada por los regímientos ni creencias de la luna

Aquellos ojos azules no denotaban ningún apíce de mentira o al menos fue lo que podía percibir.

— Y ¿Cómo puedo confíar en ustedes?

— Sigues viva.

Expresó la pelinegra sarcastica y sonriendo con sorna. ¡Pero que se creía esa idiota!

— Tabatha callate.

Elliot se veía irritado, Tabatha iba a refutar algo pero se cruzó de brazos y fruncío el seño. Luego Elliot volvío a centrarse en mi.

— Diana que más prueba que haberte dicho quienes somos, y exponernos a caer en una trampa. Ahora ¿Podríamos confiar nosotros en ti?.

— Supongo que si... Es decir, si todo lo que han dicho es cierto.

— Lo es.

Respondió Andrew.

— Les dare mi apoyo... Sólo por que me interesa descubrir todo esté enredo.

Andrew sonrío, y Tabatha rodó los ojos de manera odiosa.
— Pero... tú y yo. — Señalé a Elliot sin miramientos. — Aún tenemos asuntos que resolver.

— Llegara su momento... Por ahora dejemos la fiesta en paz, ¿de acuerdo?

Asentí, con desden.

— Esta bien, pero...

— ¿Diana? ¿Qué haces aqui?

Giré mi cabeza al escuchar la voz de Aiden, quien se encamino hasta nosotros y se detuvo a vernos, fijando su mirada en la pelinegra de ojos azules por unos segundos. Está le sonrío de forma coqueta.

«Idiota»

— Son unos amigos.

Musité, percibiendo como la mano de Elliot se colaba en uno de los bolsillos de mi pantalon. Acto que paso desapercibído para Aiden que estaba embobado con Tabatha.

Me levante de improvisto con una sonrisa. Debía disimular y salir rapido de allí, asi que me coloque a un lado del apuesto y molesto chico.

— Muchachos él es Aiden... y Aiden te presento a Elliot, Andrew y Tabatha.

Aiden sonrío y reacciono. De repente paso una mano por mi cintura apegandome a él. Pude ver como los presentes rieron, menos Elliot quien arrugó a un más el entrecejo. No lucía contento.

— Es un gusto conocer a los amigos de mi futura prometida.

La sorpresa me dejó shockeada por unos segundo, sentí mi cara sonrojarse. Y más aun cuando Aiden beso mi mejilla, no dije nada. Sólo pude ver como Elliot se levantaba de la mesa y pasaba a un lado de nosotros.

— Hablamos luego... Diana.

Masculló entre dientes al alejarse.

*****

La suave brisa nocturna que se colaba por mi ventana daba de lleno en mi rostro refrescandolo, mientras mis ojos se perdían en la oscuridad de una larga noche acompañada de estrellas.

Quizás eran las dos de la mañana y mi mente no lograba aquietarse con el montón de ideas e inquietudes.

«¿Acaso ellos tendrán razón?

Diana [La arquera de la luna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora