Vigilados

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"Entre las sombras hacecha hambriento de caos y destrucción"

Toda la semana estuve realmente paránoica, casi no podía concentrarme y mucho menos dormir.

A veces sentía que me observaban desde las sombras, lo cual me tenía sumamente nerviosa; aunado a eso estaba la desaparición extraña de Elliot. No daba ni una señal de vida y no podía ir a buscarlo pues Aiden por alguna extraña razón había acrecentado su vigilancia, y lo más raro era que ya no me asediaba de forma lasciva como en tiempos anteriores se podría decir que hasta se le veía más centrado en otras cosas. Y era algo que agradecía con toda el alma.

Aquel día paseaba por el campus del Instituto Éliseé, con desdén.

Pudé notar varías miradas sobre mi, y no creo que sea por mi vestimenta fashion del día. Llevaba unos lentes oscuros para ocultar mis ojeras, cargaba a cuestas mi bolso y una franelilla azul algo destintada, un short largo de color beige, unas converse rojas y el cabello atado en un desastroso moño. Sin maquillaje daba la apariencia de un puto zombie.

Dí un par de pasos, y me detuve de improvisto mientras mi atención se perdía en los extraños ojos negros que me vigilaban entre las sombras de las gradas.

"¡Bellrose! ¡Cuidado!"

Un fuerte grito, llamo mi atención aunque demasiado tarde para esquivar una pelota de beisbol que se aproximaba con gran velocidad. Sólo cerré los ojos esperando el impacto que nunca llego.

— Que idiota eres.

Mis ojos grises se entornaron sobre aquella espalda ancha y visible cabello rubio, su voz arrogante llego a mis oídos, pero seguía sin salir de la sorpresa.

«Elliot... era un demente, ¿Cómo se le ocurría venir hasta aqui?

Un lugar lleno de los estudiantes del clan de la luna.»

Se dío la vuelta y pude ver en su mano izquierda y enrojecida la pelota de beisbol. Sus ojos azules cual cielo se mantenían inexpresivos sobre mi, más su sonrisa sólo denotaba burla.

— Deberías quitarte esos lentes, y fijarte donde vas... idiota.

— ¡Tu! Estú...

Me callé enseguida al notar a una tercera persona que se acercabá hacía nosotros, mostrando preocupación.

— ¡Hey! Bellrose ¿te encuentras bien? Disculpame... Crei que la esquivarías.

Aquel chico paso a un lado de Elliot ignorandolo por completo y sujetó mis manos observandome de arriba hacía abajo esperando que me encontrase bien. A lo cual sólo sonreí con cierta verguenza, por mi distracción. En otro caso lo habría insultado y dado al menos un golpe, pero estaba centrada en aquel rubio que por alguna razón había cambiado su gesto.

— Descuida Andy... Estoy bien.

El rubio se metío en medio de nosotros, su aura era tétrica y le dedicabá una mirada de frialdad a Andy.

— Ten más cuidado niño.

Elliot me tomó del brazo con algo de fuerza y brusquedad a la vez y con su mano libre dejo caer la pelota sobre la mano del otro chico. Sin darle tiempo a nada, prácticamente me arrastro lejos de allí dejando al otro enfurecido en medio del campus.

Diana [La arquera de la luna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora