( Emily ´s POV)
No pude hacer nada, mis miembros no respondían, solo quería escapar, pero no podía. Estaba asustada y una lágrima salió de mi ojo. Intente gritar, pero nada salía de mi boca. Aquel ser no paraba de mirarme, quieto como una estatua. Aunque era una silueta sombría, tenía una apariencia humana, la de un hombre. Al ver mi reacción, su mano se acercó a mí y me acarició suavemente la mejilla, secando aquella lagrima. Entonces entendí que no tenia de que temerle, él no me iba a hacer daño. Parecía que, quería protegerme, de aquel hombre al que me avergüenza llamar padre, por haber querido asesinarme. El (la silueta) me tomo la mano y me ayudo a levantarme. Al verlo de cerca, el no resulta ser tan aterrador, más bien resulta simpático.
- so...soy Emily -le dije con voz temblorosa e insegura-
- yo me llamo Max, un gusto conocerte Emily - dijo Max con una voz apenas audible
-¿qué le paso a mi papá?
-nada- dijo el, muy enojado y se colocó delante de los restos de mi padre
En ese entonces yo era solo una niña de cinco años, Max parecía tener diecisiete o más. Intentó cargarme, pero sus brazos parecían tan frágiles y quebradizos, que pensé que se harían trizas si me subía en ellos. Así que le dije que podía caminar. Entonces me tomo la mano y me llevo hasta uno de los tres sofás que había. Prendió el fuego de la chimenea y se sentó suavemente a mi lado. A pesar de que la luz era escasa, logre ver más claramente su rostro: esquelético y de color marfil, sus ojos eran grandes como canicas de color verde menta. Me miro a los ojos y, su boca, que en un principio era una simple línea recta se curvo hacia arriba y me dedico una sonrisa. Le devolví la sonrisa. Max me alimento y cuido, incluso mejor que mis propios padres. Y ese fue el inicio de una linda y larga amistad...
