Capitulo 10: Me arrepentiré de esto...

6.9K 287 100
                                    

(Emily)

¿Qué fue lo que paso? Hoy desde que entre a clases, Andrés se ha estado portando un poco raro. No me dirigía la mirada y cada vez que le hablaba comenzaba a tartamudear. Pero cuando termino la hora de almuerzo, todo empeoró. Me dijo que quería hablar con migo. Accedí pero de mala gana. Comenzó a hablar cosas que no entendía y que la verdad no estaba prestando atención, por la presencia de Max que nos miraba con aire furioso. Se molestaría mucho. A él no le cae bien Andrés y tampoco le gusta que hable con él. Dice que es un engreído. Pero en un segundo, Andrés se quedó paralizado mirando detrás de mí dedique una mirada confusa como preguntándole “¿Qué pasa?” Pero no reacciono. De pronto, comenzó a sujetarse la cabeza y sacudírsela con fuerza. Le pregunte si estaba bien y que tiene.

-Na… nada. Me tengo que ir, hablamos mañana

-Pero, ¿que querías decirme?- le pregunte confusa. Pero fue en vano, ya que se fue corriendo.-

Entonces me preocupe y falte a clases e igual me fui a mi casa. Le dije a Fernanda que me sentía mal. Ella propuso acompañarme, pero me reúse con la excusa de que la contagiaría. Planeaba dejar mi mochila e ir donde Andrés. Por suerte encontré rápidamente un taxi que me llevo a casa. Supongo que tenía una expresión de preocupación grande en mi rostro, ya hasta el conductor me pregunto si me sentía bien, si mejor me llevaba al hospital. Le dije que solo estaba cansada. Al bajar del taxi, pude ver la puerta de los Claud cerrarse. Le pague rápidamente al conductor y me dirigí rápidamente a mi casa. Subí a toda velocidad las infinitas escaleras hasta mi cuarto. Deje mi pesada mochila sobre mi cama y baje. La puerta estaba abierta, tal como la deje. Pero de pronto se cerró y escuche y sonido de cuando se cierra a llave. Me di tranquilamente la vuelta y vi a Max sentado al borde de la baranda de la escalera jugueteando con la llave. Lo mire y luego sonreí.

-Max… Dame la llave

-Ven por ella- me dijo con voz traviesa-

La verdad no pude resistirme. Hacía mucho tiempo que no jugábamos. Fui corriendo tras él. Cuando estaba a tan solo unos centímetros de él, salto de la baranda y desapareció en el piso. Pero olvido que la llave no atraviesa los pisos como él. Así que baje a toda velocidad las escaleras y tome la llave.

-Jaja, te gane-  dije sacudiendo la llave por el aire-

Pero entonces el salió de un muro y me la quito.

-¿Decías?- dijo con tono burlón-

Y así estuvimos una media hora, hasta que se rindió, me dio la llave y me tire agotada al sofá. Fui a la cocina por un pote de halado. Le pregunte si quería, pero dijo que no. Comencé a hablarle de lo que paso con Andrés.

-…Sabes,- dije con la boca llena de helado- creo que se está volviendo loco.- Note que Max comenzaba a ponerse incomodo- ¿Sabes algo de lo que le paso Max?- comencé a apuntarlo con la cucharilla metalice

-No, yo no sé nada…- dijo auto delatándose. Pero yo lo mire con una mirada fría y al fin confeso- Esta  bien. Yo hice eso…

-¿¡Que!?- dije gritando- que le hiciste.

Me conto lo que le hiso. Le dio un gran susto al pobre. Como se le ocurre hacer eso. Le mostro las voces de niños. A mi igual me hiso eso una vez, pero no me asuste tanto porque ya lo conocía y sabía lo que era capaz de hacer. Comenzamos a discutir. Obviamente yo defendí a Andrés. El parecía molesto por eso.

-Pero no le hice ningún daño. Además a ti también te advertí

-Pero ¡yo no sabía de quien hablabas!- dije poniéndome cada vez más furiosa. ¡Ahora me echa la culpa a mí!- Olvídalo, iré a disculparme con él.

InseparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora