Capitulo 3 : Una nueva familia

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(NARRADOR) 

El servicio de rescate llego en una ambulancia, que con sus sirenas afectaban la paz de aquel tranquilo bosque. Sus gruesas ruedas aplastaban el tapiz de hojas secas de aquel pequeño bosquecillo. Un robusto bombero alzó suavemente  y se llevó a la chica dentro de la ambulancia. Ahí la cubrieron con una manta color rosado y la llevaron al hospital para revisar su estado de salud. Pronto la identificaron como Emily  Rossent. Hace doce años, encontraron el cadáver de su hermano Sebastián Rossent, en su habitación. Además, esa misma fecha se la declaro desaparecida, al igual que su padre. Escoltada por un guardia, la llevaron a una cita con la psicóloga. Esta era una mujer de unos cincuenta y ocho años, con el pelo rubio y la cara un poco arrugada. A pesar de eso, parecía buena gente:

- Hola Emily, yo soy tu psicóloga, María Prado - dijo amablemente la mujer, mirando unos papeles- ahora, te voy a hacer unas preguntas, estás de acuerdo?

Emily, que miraba atentamente por la ventana, le dedico una fría mirada.

-Ok... mmm, cuántos años tienes querida?

-  Dieciséis.-dijo con una voy de niña de tres años-

María le hiso toda una serie de preguntas, y luego de una larga  hora, salió con la joven tras de ella y la mujer salió con la prensa mientras una guardia se llevaba a Emily

-Doctora Prado, doctora Prado!- dijo una joven reportera apuntándola con el micrófono- en qué estado se encuentra la niña?

- Pues, ya no es una niña, ya tiene dieciséis años- le respondió con un tono un poco burlón a la joven mujer- Físicamente se encuentra bien, pero su mente se quedó trancada en la edad en que fue abandonada, es decir a los cinco años.

-Y se recuperara doctora?- dijo esta vez un hombre-

-Con el buen personal que tengo, y con toda mi experiencia, garantizo que Emily será totalmente normal en cuanto se finalice el proceso de recuperación.

- Y con quien se quedara a vivir la joven Emily?

-Sus abuelos estarán a cargo, y vivirá con ellos por dos meses, ya que su abuela es profesora y contribuirá con el proceso.

Emily, acompañada de un guardia, se dirigía hacia sus nuevos tutores: Robert y Marcela, sus abuelos. La pareja parecía muy feliz al ver a su nieta. En cambio, ella no expresaba ninguna emoción al verlos. Solo los miraba, con ojos grandes como platos. El hombre tenía todos los cabellos blancos, mientras que su esposa seguía teniendo el cabello de un color castaño rojizo. La saludaron muy contentos. Ella les respondió asintiendo con la cabeza. Comenzaron a decirle que la había extrañado mucho, que se veía muy joven... Pero Emily solo miraba sin escuchar entre sus abuelos. Trataba de contener la risa, pero perecía que lo que sea que miraba le causaba mucha gracia. Entonces soltó una pequeña carcajada y la pareja quedo confundida. No sabían de qué se reía su nieta

- Que tienes linda- dijo Robert avanzando hacia su nieta- que es tan gracioso?

- Ma...Max- respondió con voz juguetona mientras apuntaba hacia el frente-

-No, no. Yo soy Robert, no Max

-Ma...Max- continúo la chica-

-Déjala Richard- dijo Marcela con una voz tranquila- más bien, que tal si nos vamos a la casa, cariño?

Sin esperar la respuesta, la tomo suavemente de la mano, y la saco del hospital. Se dirigieron hacia el auto del abuelo. Era un  lamborghini de color negro. Tal como esperaba Robert, Emily quedo boquiabierta. Ella había visto autos antes, pero nunca uno tan fino. Se subió cuidadosamente al auto, para evitar manchar o dañar el asiento de cuero color crema. Su abuelo prendió el motor, satisfecho por la reacción de su nieta. Acelero hasta llegar al futuro nuevo hogar de Emily Rossent... 

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