Capítulo 20: Su verdadero pasado...Parte 1

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Pequeño maratón 1/?
Cap dedicado a: mery081299gonzalez (perdón si no se escribe asi...) gracias por tu comentario! Me alegro el año y no dejaré de sonreír cuando lo lea :')
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(Emily ´ s POV)

Solté un pequeño sonido con mi boca por la impresión. La bella niña dio vuelta la cabeza de tal forma que me miraba fijamente a la cara. Yo seguia quieta, con los ojos bien abiertos, la cabeza apoyada pesadamente en la almohada y aferrándome a mi colcha rosa palo. Mi respiración era tan ligera e inaudible que por un momento juré que ya no estaba respirando. Por alguna razón, mi pulso era completamente normal. Iba al lento ritmo de mis pulmones que se movían cuando inhalaba y cuando exalaba.

No le podía ver toda la cara, pero se podía ver claramente todos sus rasgos. Cara redonda, ojos medianos color verde azulado, una refinada nariz, y unos labios rosa pálido. Su cabello rubio era levemente ondulado, y la sombra de esos perfectos bucles formaba delgados hilos negros en su pelo.

Su vestido color marfil era de esos antiguos vestidos. Era ajustado del torso y tenía diminutas decoraciones de encaje igual blanco, como líneas rectas y puntos que se intercalaban, mientras que las hombreras y la falda eran pomposas. La tela de encaje que cubría el hombro era incluso tan alta que cuando gira la cabeza le llega hasta el mentón. La falda era lo único del vestido que tenía color; y tampoco es el color mas vivo del mundo. La voluminosa parte baja del vestido estaba salpicada de flores de un tamaño tan insignificante y de un color púrpura tan desgastado que era inapercivible.

Aquellos penetrantes ojos con aire divertido pero que intimidaria a cualquiera me recordó a alguien. Inmediata e involuntariamente se me proyecto una imagen.

(FlashBack)

Una niña, de aproximadamente cinco años de edad, se balancea en un columpio que parece desgastado y oxidado. Pese a los constantes crujidos de las viejas cadenas, la pequeña rubia pide que la columpien más fuerte. Y un muchacho, de unos dieciséis años de edad, deja su móvil sobre la mesa blanca junto con un florero y suspira con aire molesto. Pero aún asi se levanta de la silla blanca, se coloca tras la niña y la balancea delicadamente.

Detrás de ellos, dos personas de unos cuarenta y tantos años, y dos de cuatro o cinco años aparecen y cierran tras ellos la puerta corrediza de vidrio. Los mayores son Barbara y Francisco Rossent; los menores son Andrés y Fernanda Claud.

Estos dos se acercaron y saludaron tímidamente. La rubia salto del columpio y aterrizó de cuatro patas igual que un gato en el suelo. Corrió hasta los dos invitados y les dedico la mejor sonrisa de bienvenida.

- Ustedes deben ser los nuevos vecinos ¿no es asi?

- Así es - respondió la pequeña frente a ella- yo soy Fernan...

- Yo soy Andrés Claud-interrumpió el niño y se adelantó a estrechar la mano de su nueva vecina-¿y tu eres?

- Emily Rossent-dijo levantando la cabeza, orgullosa de su apellido. No sabia exactamente porque estaba así de orgullosa; talvez por que la compañía de su padre era la mas poderosa de su género, o por qué su madre era la psicóloga más famosa de todo el estado, o talvez por el simple hecho de que su hermano mayor le dijera todo el tiempo que siempre levante la frente al decir o escuchar su apellido, ya que es un apellido que se tiene que respetar- y tu ¿como dijiste que te llamas?

Ayudó a la castaña a levantarse del suelo y a limpiar su falda floreada. Ella le dijo que era Fernanda y que Andrés-que en ese momento se había ido a jugar con la consola de juego del muchacho de pelo rubio oscuro- era su hermano. Emily le explico a Fernanda que el chico con el que Andrés jugaba era su hermano, Sebastián.

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