Capitulo 7: Tiempo completo

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Aquel día era miércoles...o jueves tal vez, no recuerdo exactamente, la noche pasaba como cualquiera, una noche más trabajando.


Flash Back


―sabes Fudou―dijo aquel sujeto―lo que pasa es que tu profesor nos ha enviado tus calificaciones y algunos de tus trabajos, los revisamos y creemos tienes futuro así que vinimos a ofrecerte un lugar en nuestra universidad ¿Te gustaría la idea?

―por supuesto que me gustaría―dije aunque sin mucho interés

―tenemos entendido que tienes beca completa aquí lamentablemente nosotros no podemos ofrecértela

―La verdad me gustaría pero yo no podría pagar la carrera, necesitaría trabajar y mi trabajo me quita mucho tiempo así que no creo poder aceptar esa oferta

―piénsalo bien Akio, es tu futuro de lo que estamos hablando

―piénsatelo―interrumpió mi profesor―puedes decirme el viernes tu respuesta ¿Está bien?

Fin del Flash Back


La educación es lo más importante estoy de acuerdo pero mi situación era algo complicada, por una u otra cosa las cosas no pudieron ser, si, la mayoría mi culpa.


―vaya ya hasta te vienen a recoger y toda la cosa―me decía divertido mi compañero de trabajo sacándome de todo pensamiento―que lindo, ¿No crees?

― ¿De qué hablas? ―pregunté aun sin comprender lo que decía

―mira quien está allá, tu lindo novio, ¿Le pediste que viniera o fue una sorpresa? ―se me quedo viendo por un rato―oh por dios―se emocionó―que lindo, espera, iré a platicar con él mientras terminas de eso

―NO, espera Kaito, no hagas...

―Hola, Kidou ¿Verdad? ―saludó con una sonrisa y dándole la mano― ¿Me recuerdas?, soy Kaito amigo de tu novio, ¿Qué haces por aquí?, ¿viniste a recogerlo?, sabes, no creo que el valga la pena para que hagas eso, tú eres guapo deberías buscarte alguien mejor

―no me ayudes, Kaito―grité desde el otro lado

―no, no, no, ya enserio es raro verte por aquí ¿Qué haces?

―no tenía nada que hacer así que vine a ver a Fudou, ya casi termina su turno así que...

―TE LO DIJE―gritó otra vez―a si, ¿Qué me decías?

―nada olvídalo―respondió Kidou sorprendido por lo mal que estaba el tipo

―no ya enserio, lo lamento pero sí, siempre soy así de hiperactivo―escuché que le dijo después de cambiarme de ropa, mi turno había terminado y era tarde, seguro iríamos a casa

― ¿De qué tanto hablan ustedes dos? ―pregunté acercándome a ellos

―de nada―respondieron riéndose un poco

―en verdad ustedes hacen una muy bonita pareja―nos dijo antes de darnos la vuelta para irnos haciendo sonreír un poquito a Yuuto


Tomamos un taxi para que nos llevara a mi casa, subimos por el elevador y entramos, estaba hecho un desastre lo acepto pero es que si me hubiera dicho que iría por mi habría limpiado o algo así.


―una escombradita a la casa seguro que no le vendría mal―me dijo al entrar y encender la luz

―los quehaceres diarios no son lo mío―le sonreí mientras lo abrazaba― ¿Seguro que está bien que estés aquí?, ¿Tu padre te dio permiso?

―otra vez está de viaje y no quise quedarme solo en casa

―ósea que fue por eso―bajé la cabeza―creí que te había nacido hacer algo lindo por mi―agregué en tono divertido―pero ya veo que no te importo


Si había algo que me encantaba era hacerle reír, me gustaba verlo sonreí, no sé porque pero fuera de mi actitud, fuera de todo lo que yo podía hacer o decir sin importar en donde estuviéramos dejaba de lado aquella actitud seria y sin algún tipo de complejo las palabras salían tan solo para poder ver de nuevo aquella sonrisa dibujada en su rostro, eso me hacía muy feliz.


― ¿Mañana tienes clases? ―pregunté tirándome en la cama

―desde las 10―me respondió mirándome aun de pie frente a la cama― ¿Por qué?

―no, nada más curiosidad―dije jalándolo hacia mí


Lo tomé de la chamarra haciendo que cayera en la cama a un lado mío, me incorpore un poco para poder besarlo, sus manos rodearon mi cuello y me acomode encima suyo poniendo mis manos en su pecho y lentamente bajando, metiendo mi mano por debajo de su ropa acariciando lentamente su abdomen, sus brazos se apartaron de mi mientras que aquel beso comenzó a romperse, él intentaba empujarme aunque no con mucha fuerza, parecía estar...asustado.


― ¿Estás bien? ―dije mientras me separaba al ver su disgusto por lo que había hecho

―no, n-no quiero hacer esto―dijo levantándose de golpe

―tranquilo―lo abracé por la cintura para que no se levantara―no hare nada Kidou pero no te vayas, quédate aquí conmigo ¿Si?


Sabía que él tenía un problema pero aquel momento no era el indicado para hablar, se recostó en mi pecho aún exaltado, le abracé y le tapé con las sabanas, no quería verlo así pero el decir algo seguro que no traería nada bueno.


Temprano, después de desayunar, lo llevé a la escuela misma que había terminado para mi hace casi 3 meses y aun no encontraba que hacer en mi tiempo libre, el estudiar algo era una opción muy poco viable por el poco tiempo que tenía en la mañana después de casi no dormir bien todas las noches.


― ¿Qué haces por aquí tan temprano? ―preguntó alguien tras de mí―pensé que ya no ibas a la escuela

―vine a dejar a un amigo señor―respondí dándome la vuelta


Aquella persona dueña de aquel lugar en donde trabajaba pocas veces se dejaba ver, recuerdo que eran contadas con una mano las veces que lo había visto incluyendo el día en que me contrato.


―ya veo―sonrió― ¿Por qué no me acompañas al negocio?, claro si no tienes algo más que hacer

―para nada señor, me encantaría acompañarlo


Sí, yo le tenía mucho respeto, primero por confiar en mí y contratarme, no sé que hubiera sido de mi sin un trabajo para poder sobrevivir lejos de casa, también confió en mí cuando intente subir de puesto y le demostré que yo podía, él se había convertido en alguien importante en lo que era en ese momento y por mas mal que me llevara con su hijo nunca me reclamo nada es más alababa mi desempeño.


―sabes Fudou―me dijo después de haber llegado y abierto el lugar―cuando llegaste a este lugar vi algo en ti, este ambiente no es para cualquiera pero al parecer tú te adaptaste bien

―gracias señor―respondí bajando un poco la cabeza en señal de agradecimiento

― ¿Cuántas horas trabajas al día Fudou? ―preguntó abriendo la puerta de su oficina

―mi horario es de las 8 hasta la 1 de la mañana señor

―ganas muy bien por lo que yo sé―se quedó callado por un momento― ¿Qué te parecería otro horario?

―no lo entiendo señor, ¿Qué quiere decir con eso?

―Ahora que no vas a la escuela me gustaría que tomaras el turno completo, entrarías a las 7 de la tarde y saldrías a las 5, ganarías sin ningún problema casi lo doble de lo que ganas ahora ¿Qué dices?


Es difícil tomar una buena decisión cuando existe dinero de por medio y más cuando uno es tan joven.


―claro que sí, señor―respondí y salí de aquel lugar, no sabía si había hecho bien pero ya estaba hecho  

La noche de las mil estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora