Capitulo 17: Un instante

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¿Cómo superar lo más difícil?, ¿Cómo actuar como si no pasara nada?, ¿Cómo seguir adelante cuando sabes que todo se ha acabado?, una sonrisa siempre ayuda pero aun así es difícil.


―Yuuto, despierta―lo moví un poco, se sentía cansado, era lógico con todo lo que pasaba―anda que tu padre no tarda en llegar

―está bien―decía un poco adormilado―odio levantarme tan temprano

― ¿Temprano?, pero si son casi las 10 de la mañana―sonreí―de acuerdo, no soy quién para decir eso, anda métete a bañar, en un momento estará listo el desayuno


Era sábado, su padre había amenazado...digo avisado que nos visitaría como muchas otras veces, estaba preocupado y no le culpo por ello.


― ¿Qué tal está? ―pregunté con un poco de miedo al escuchar su respuesta

―muy rico―me sonrío―soy un gran maestro, el enseñarte a ti a cocinar sí que es una hazaña

―no seas exagerado―probé bocado―mis primeros intentos no estuvieron tan mal

― ¿No estuvieron tan mal? ―se rió―si por poco cobra vida, hubiéramos muerto si no la echamos al triturador, matar a que nos maten creo que hicimos lo correcto

―pero que drama contigo―dije antes de ser interrumpido por el timbre de la puerta―bueno aquí vamos―tomé fuerza― ¿Qué crees que me diga tu padre esta vez?

―si te digo jamás termino, anda no seas cobarde y ya ábrele o te ira peor


Desde que nos dieron aquel diagnostico su padre siempre nos visitaba, era común verlo ahí pero siempre con lago que reclamarme, "Siempre cuida que se tome sus medicinas", "Esta comiendo bien", etc.


―no soy un niño papá―se quejaba como muchas otras veces―Akio siempre está pendiente de eso no tienes por qué reclamarle nada


Y otra vez Yuuto Kidou a mi rescate, siempre intentando que su padre no me matara


Había pasado tiempo, 2 años exactamente, los momentos difíciles habían causado problemas, está débil y claramente enfermo, no tenía ganas de salir a ningún lado razón por la cual dejo la escuela aun así me empeñaba en hacerlo reír cosa que conseguía fácilmente, ninguno de los dos quería darse por vencido, aun no era tiempo, ahora era tiempo de estar juntos.


― ¿Quieres ir a dar un paseo por el parque? ―le animaba mientras miraba tomar sus pastillas

―no creo que esa sea una buena idea―me miró con algo de tristeza

―oye, oye, ¿Vas a dejar que algo como eso te moleste?, por favor Kidou anímate un poco, iremos a caminar un poco, compraremos algo y luego regresaremos ¿Está bien?


De un tiempo para acá ya no se animaba a salir, mas pálido que de costumbre, delgado y fatigado era como se veía, no le gustaba que la gente lo mirara de esa manera, como un enfermo.


― ¿Podemos mirar el juego de fútbol? ―preguntó mirándome con una sonrisa

―lo que tú quieras―devolví la sonrisa, era increíble el haberlo convencido


Caminando por uno de los caminos del parque a paso lento, sin separarme de su lado, una conversación que se llevo el viento ante la mirada de algunas personas, agacho su cabeza, era visible que se sentía mal por ello, un gorrito cubría su cabeza dejando ver tan solo algo de cabello, cabello que se había cortado, aun se me hacia raro mirarle así.


―vamos no pongas esa cara―lo abracé― ¿Qué importa lo que diga la gente?, yo siempre estaré contigo Yuuto, anda vamos a ver el juego


Un sonrisa iluminaba nuevamente su rostro, mi brazo le rodeo el cuello hasta llegar a una pequeña banca cerca del campo para mirar a los pequeños niños jugar futbol, su mirada fija en el juego desviada en ocasiones hacia mi cuando conseguía robarle un beso, su tierno sonrojo como si de un adolescente se tratara, mi mano no se separaba de la suya tomándola delicadamente, la alarma de su celular volvía a sonar, tomé la mochila que estaba a mi lado y busque la cajita correcta junto a una botella con agua.


―Ootori―habló de repente asustándome un poco

― ¿Cómo dices? ―pregunté dándole la medicina

―te dije que yo escogería el nombre para nuestro hijo―sonrió―y ya me he decidido, Ootori, así se llamará


Lo miré sorprendido, hace tanto tiempo que habíamos hablado de eso, aun lo recordaba y quería hacerlo, a pesar de todo esto, de todo lo malo, aun así quería seguir...quería salir adelante...conmigo.


― ¿Ootori?, me gusta―lo abracé y apoyé mi cabeza en su hombro―ese nombre me gusta


El viento de aquella tarde que corría lento, aquellos pasos lejanos, aquellas personas hablando, todo aquello no importaba, éramos tan solo él y yo como en un principio, era difícil el camino, lo que pasaría los dos lo teníamos claro pero aun así pensábamos que si tan solo intentábamos cruzarlo quizá...quizá algo pasaría...quizá dios nos miraría y nos daría la oportunidad de llegar al otro lado, solo por una vez, eso era todo lo que necesitábamos en aquel instante.  

La noche de las mil estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora