Capitulo 8: ¿Conocer a tu padre?

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Supongo que en toda relación seria llega este momento pero... ¿Por qué en mi caso tiene que ser tan pronto?, la propuesta me tomaba por sorpresa.


― ¿No crees que sea muy pronto para conocerlo? ―preguntaba después de casi ahogarme con el café que me estaba tomando, mantenerme despierto me estaba costando trabajo aunque a él le causaba gracia verme delirar por cosas tan insignificantes.

―Fudou llevamos un poco más de un año, si este no es el momento dime cuando―se sentó en la silla frente a mí para poder mirarme a los ojos―mi padre está preguntando mucho por ti últimamente y le prometí que te convencería de llevarte a cenar

―y tu ¿Por qué andas prometiendo ese tipo de cosas? ―me quejé dejando en café en la mesa―lo haría pero no tengo tiempo, soy una persona ocupada, tú sabes, entre el trabajo y... el trabajo no puedo ir a cenar

―podemos cenar el domingo entonces―dijo rápidamente antes de que sonriera triunfante, debí imaginarlo pero a pesar de salir por tanto tiempo aun no lo conocía del todo, cosa que me encantaba, descubrir cada día algo nuevo era lo que me emocionaba de estar con él.

―pensaste en todo antes de decirme ¿Verdad?-pregunte intentando mirar a otro lado, no me gustaba hablar de frente con él, tenía un "no sé qué, que que se yo" que siempre me hacia caer.

―por supuesto―respondió sonriendo―tratándose de ti primero hay que tener todas las respuestas a las posibles preguntas o excusas, entonces ¿Vendrás a cenar?


Tenía que resistir, debía hacerlo pero soy débil cuando se trata de él, apenas una miradita de reojo y ya estaba rendido a sus pies, vaya que ese chico tenía algo raro, tenía que cuidarme de él, tenia poderes sobrenaturales o algo así, ¿Cómo una persona podía hacerme cambiar de opinión en un momento?


―está bien―me resigné, con esos ojos no me quedaba otra opción―dile a tu padre que iré a cenar el domingo, pero seguro que te arrepentirás mucho de esto


Él tan solo sonrió, una vez más me había ganado, tendría que mejorar un poco en este tipo de asuntos pero aquella vez estaba decidido, conocer a su padre, vaya que no me lo había pensando, no es que nunca pensara para largo con Kidou pero de verdad que el conocer a aquel hombre de negocios que casi siempre estaba de viaje, ¿Cómo llegar?, ¿Cómo presentarme?, vaya lio en el que me metí.


―Hola Fudou, ¿Cómo estás? ―escuché de la persona que apenas entraba a la habitación pero no respondí

―No creo que te conteste―respondió por mi Kidou dándole unos libros dios sabe de qué―entró en crisis porque le dije que el domingo cenara en mi casa para conocer a mi padre

― ¿Tu padre? ―él se rio―eres hombre muerto Fudou―dijo después de sentarse no muy lejos de mi

―Sakuma por favor, no lo asustes, ¿Qué no ves como esta ya?

―no lo estoy espantando, tan solo digo, tu papá es alguien especial, a pesar de ser unos niños cuando tú y yo nos hicimos amigos me costó trabajo caerle bien, recuerdo que cuando llegaba a tu casa para jugar con las bicicletas se me quedaba viendo y me hacía preguntas raras―sonrió―no recuerdo muy bien que preguntas por que apenas si era un dulce niño pero sí recuerdo que me daba miedo

― ¿Estás hablando enserio? ―pregunté como de golpe por lo que acaba de escuchar, como si no tuviera muchas cosas en la cabeza todavía lo que dijo me había causado casi un infarto.

―si es enserio―respondí levantándose un poco para acomodarse, tenía como 5 años pero conforme paso el tiempo y entramos a la secundaria me tuvo por fin la confianza

La noche de las mil estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora