Capitulo 11: El comienzo del camino

382 37 2
                                    

Asustado, triste, enojado, quizá todo eso fue lo que no me dejo dormir, mi cabeza daba vueltas y vueltas, no podía estar en paz, no me di cuenta en qué momento la luz del sol entro por la ventana, no quería levantarme, me sentía mal, aun me dolía el costado y el evidente golpe en mi rostro era pintado de morado, no tenía hambre pero aun así me pare a comer algo, no quería estar mal, debía trabajar o sin dinero me correrían de aquel lugar.


Las 5 de la tarde marcaba el reloj del despertador, tome mi chamarra y después de ponérmela salí con rumbo al hospital, aquella enfermera me dijo que en la mañana pero es igual si los recojo después ¿No?


―Muchas gracias―dije con voz baja mientras tomaba aquel sobre blanco con un logo azul.


Tomé el ascensor hasta la azotea de aquel hospital, había varios pacientes ahí supervisados por enfermeros vestidos de color azul, me senté en una banca y con calma abrí aquel sobre, "Negativo", "No me sorprende", yo jamás había estado con él pero aun así me sometí a aquella prueba, suspiré, me sentía...como un idiota, el enojarme así sin siquiera escuchar algo mas, "Sakuma dijo que no era su culpa, quizá sea cierto", pensé mientras miraba aquel cielo que empezaba a oscurecerse, ¿Por qué me había enojado?, pensaba que él no salía tan solo conmigo, estupidez ¿No?


― ¿Qué dice la prueba? ―preguntó alguien sentándose a un lado de mí

―negativo―respondí sin más al reconocer a aquella persona ― ¿Qué haces aquí Sakuma?

―odio los hospitales, necesitaba aire―sonrió―Kidou saldrá en una hora


Yo no dije nada


―su padre insistió en que se quedara aquí ya que tenia cosas que hacer, "saldrás mañana Kidou y si no quieres hacerme caso pondré guardias en la puerta", su padre sí que es algo sobreprotector―me dijo mientras miraba el piso―no tuvo más remedio que quedarse a dormir aquí, ha preguntado toda la mañana por ti, está preocupado 

―lo siento―fue lo único que salió de mi boca ante aquel comentario―yo...

―estabas en tu derecho de sentirte así pero ¿No pudiste si quiera escucharlo?, se sintió muy mal cuando le dije que te habías ido

― ¿Y cómo crees que me sentía yo? ―lo miré a los ojos―no fue fácil escuchar eso

―yo lo sé, no fue fácil para nadie, su padre te echó la culpa cuando tú no tenias nada que ver, necesitas hablar con él, necesitas saber que fue lo que pasó

―no puedo Sakuma―mi voz se escucho un poco cortada―esto que pasó cambia todo lo que yo tenía pensado, yo no...yo no quiero...

―la mayoría en tu lugar haría lo mismo, suele pasar aunque aun me es increíble ver que tú lo harás

―yo lo quiero mucho―me toqué la cabeza con las manos―yo no sé qué hacer...


En mis ojos ya se notaban algunas lágrimas a punto de salir, metí mi mano dentro de mi chamarra sacando aquella cajita color negro de mi bolsillo, la abrí y mire aquellas argollas que había comprado.


―yo le iba a pedir matrimonio ayer en nuestra cita, puede sonar tonto pero le compre esto―dije dándosela al de pelo largo―quería que todo fuera lindo, no como en las telenovelas pero si lindo, quería estar a su lado todos los días, quería mirarle cada mañana y saber que esa había sido la mejor decisión que había tomado, él es lo mejor que me pudo pasar en la vida y al saber esto...me dio miedo.

― ¿Miedo? ―preguntó extrañado mientras veía de cerca uno de los anillos

―miedo a que piense mal, miedo a no ser lo que esperaba, miedo a no poder darle lo que se merece, miedo a no saber cómo actuar ante esto

La noche de las mil estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora