¿Cuánto había pasado ya?, ¿Medio año?, quizá más, visitarlo todos los días y escuchar del doctor que el tratamiento no estaba funcionando como pensaban, ¿Cómo pensaban? Nunca lo supe pero igual me esforzaba por animarle, por decirle que todo estaría bien, por pasar todo el tiempo posible a su lado.
Encerrado en aquella habitación desde hacia algunas semanas, le costaba trabajo moverse, no paraba de toser, se le veía más débil de lo que ya estaba, parecía sufrir demasiado, fue en unas de esas tardes, me había salido de la oficina como ya era costumbre, compre una rosa blanca de aquellas que le gustaban, no soy tacaño quiero aclarar pero nunca le gusto ver tantas flores, nunca supe porque pero sabía que no le gustaría que llegara con un ramo, entré a la habitación marcada con el numero 307, se encontraba recostado en la cama con la mirada hacia la ventana escuchando los ruidos de los niños que jugaban afuera.
― ¿Cómo estás? ―pregunté mientras entraba despacio y me acercaba para darle un beso en la frente―b-bien―respondió con voz baja, le costaba trabajo respirar así que el hablar se le complicaba un poco más, su voz era ronca y acompañada en momentos por la tos que no paraba
―ten―le di aquella rosa mientras me sentaba en la silla de aun lado de la cama―la compré para ti
―muchas gracias Akio―me tomó levemente de la mano y me sonrió de repente
Era algo que siempre me gusto de él, siempre sonriéndome por mas mal que estuviera, siempre intentando hacerme sentir bien aunque ese fuera mi trabajo y no el suyo, los minutos pasaban con tan solo su compañía, no me di cuenta en qué momento su mirada cambio a un tono más triste.
― ¿Te pasa algo? ―pregunté por fin dándome cuenta de la situación―yo no quiero seguir con esto―sentenció con un tono apenas audible
― ¿Seguir con qué? ―no entendía lo que me quería decir― ¿Con lo nuestro?, por favor Yuuto ya hemos hablado de eso, yo te amo y no voy a dejarte, yo...
―no es eso―me aclaró interrumpiéndome―ya...no quiero seguir con esto, me cansé, no puedo mas
―no entiendo que quieres decir...―me detuve en seco, estaba jugando ¿Verdad?, eso no podía ser cierto él no podría estar pensando en algo como eso― ¿Por qué?
Aquella pregunta fue lo único que salió de mi boca al darme cuenta de lo que quería decirme, él me miro sonriendo como siempre, me hizo una seña para que me acercara y no me quedo más que obedecer.
―mírame Akio, yo ya no puedo más, me cuesta respirar, apenas si puedo hablar, no puedo salir a menos que sea en una silla de ruedas por qué no puedo mantenerme en pie, duele Akio, todo el tiempo ese dolor en mí, tener que tomar tantas pastillas y pasar las tardes deseando que la hora de dormir sea rápida para no estar en la cama como un desahuciado, intento sonreír y aunque lo consigo dentro de mí no hay más que dolor, no quiero seguir con esto, ¿Para qué?, ¿Cuánto puede faltar?, ¿2 o 3 meses?, meses en los que sufriré más que ahora―sus lagrimas recorrían su rostro ante mi fija mirada―ya no quiero sufrir más, por favor, quiero que esto se acabe, quiero...que..., tú y yo sabemos que no mejorare, no quiero sufrir más, no quiero que sufras mas, no quiero, ¿Puedes aceptar eso?
¿Qué responder?, mi cuerpo estaba paralizado, jamás paso por mi cabeza algo como eso, de mi boca no salía sonido alguno y mi respiración se hacía cada vez mas fuerte
― ¿Cómo esperas que yo acepte algo como eso? ―al fin pude decirle después de unos minutos en los cuales intenté calmarme lo mas que pude―no puedo dejarte morir, ¿Cómo quieres que haga eso?
ESTÁS LEYENDO
La noche de las mil estrellas
Fiksi PenggemarLa vida suele ser muy complicada en ocasiones, una persona que conozco siempre me dice que eso es lo interesante de ella, saber afrontar los problemas, levantarse cuando hace falta y seguir, esa es la razón por la cual estamos aquí, supongo que esa...