Mi nueva vida escolar. (Jinx X Ekko - League of legends)

¡El primer gran día de clases!

"¡Eres mío!", esas palabras sonaban una y otra vez en su cabeza. Era raro, era la primera vez que alguien se interesaba en Ekko, nunca había tenido novia... Espera, ¡¿ella era su novia?! Ella había dicho que él era suyo... ¿Se refería a eso? Tenía muchas preguntas pero por el momento debía dejar de pensar en ellas pues el maestro acababa de ingresar al aula.

Lentamente se acercó a su escritorio, era un viejo, literalmente, debía tener unos sesenta años, tenía un bastón y caminaba bastante recto. Las arrugas recorrían su cuerpo dejando pliegues de piel, su nariz era puntiaguda y llevaba una bufanda al rededor de su cuello cubriendo su boca.

Todos los alumnos rápidamente se sentaron, el maestro dio un vistazo a los estudiantes, tomó un marcador y en un fugaz movimiento escribió en la pizarra "Profesor Swain."

- Buenos días, jóvenes. -dejó caer el marcador en el escritorio.- Yo seré su profesor de historia, pueden llamarme maestro o profesor Swain. Será un gusto trabajar con ustedes, muchachos. -hace una ligera pausa y carraspea un par de veces.- antes de seguir debo advertir algo, ¡cualquier falta de respeto, burla o jugueteo no será permitida en mi clase y será GRAVEMENTE sancionada! -su voz sonaba tan firme, parecía como sí viniera de una prisión, su mirada era penetrante...

- Quiero conocerlos a todos, muchachos, pero no se confundan, no soy su amigo, soy su maestro. -

Hizo un ademan con su mano indicando al alumno de la primera fila que se presentara. El aula estaba constituida de varios escalones curvos, iban aumentando la altura al menos un metro por escalón. Había muchos alumnos, unos más llamativos que otros. Había un chico de cabello blanco bastante serio, una chica que a pesar de las amenazas del profesor permanecía indiferente con su celular, menudo grupo.

Uno a uno los alumnos de presentaban, Ekko estaba en la hilera 4, casi hasta el centro de la fila. El chico que estaba a su costado izquierdo se acababa de presentar, el profesor hizo un ademan a Ekko para que se presentara, respiró hondo y se puso de pie igual que los anteriores chicos, se puso nerviosísimo, todos le miraban, algunos más indiferentes que otros, pero lo hacían.

- Uhm... Mi nombre es E... Ekko, tengo 17 años y me gustaría mucho poder... Ser un gran científico. -al instante se dejó caer en la silla, algunos murmuraban cosas y soltaban risillas pero Ekko sólo las ignoró. La primera clase del día se perdió ahí, con cada alumno presentándose.
Las siguientes clases continuaron casi igual, seis largas horas de maestros gruñones presentándose.

Conoció a sus seis maestros, Singed, su maestro de ciencias, Swain, maestro de historia. Viktor, maestro de computación, Heimerdinger, profesor de matemáticas, Fiora maestra de filosofía y el "Doctor" Mundo, su maestro de actividades físicas.

El timbre sonó bruscamente marcando el final de las clases, Ekko guardó sus cosas y cuando estaba por salir sintió como tropezaba, cayó al suelo y sus lentes salieron disparados estrellandose contra el piso.
Por unos segundos Ekko pensó que se había tropezado con alguna silla o mochila pero todas las ideas fueron descartadas al escuchar las risas burlonas detrás de él. No supo qué sentir, se sentía enojado e impotente, se apresuró a levantarse y a levantar los libros que se habían caído de sus manos, le dolía un poco la cabeza por no traer puestos sus lentes, entrecerró los ojos y los vio un poco lejos en el suelo, las risas seguían sin cesar, se dedicó a ignorarlas y a recoger sus lentes. Rogó porque no se hubieran estrellado y gracias a dios así fue, una sonrisa inconsciente se esbozó en sus labios, pero casi instantáneamente desapareció cuando escuchó los insultos provenientes de sus agresores. Aún no sabía quienes eran, les miró por un par de segundos, quería saber de quién se trataba, los recordaba por las presentaciones en las clases, eran Jayce y Draven, eran bastante más altos que él, ambos reían mientras le señalaban, era más que obvio que ellos serían un problema para Ekko...