Movimientos leves.

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Ekko sintió una punzada fuerte en su estómago, sintió como todo el aire de sus pulmones salía en un instante provocando una sensación desagradable. Abrió su boca intentando atrapar la mayor cantidad de aire sin ningún buen resultado, se sujetó el estómago con fuerza como si sus pulmones se encontraran ahí.

- Y-Ya... Por f-favor... -dijo con el poco aire que le quedaba.

No podía hablar, le dolía el pecho cada que intentaba decir algo. Las burlas de los chicos delante de él hacían más incómoda aún la situación.

- Vamos, cuatro ojos, sé que puedes hacerlo mejor. -el chico dio un par de saltos hacia los lados como un boxeador incitándolo a pelear.

- N-No quiero... -dijo aún negándose.

El chico de bigote estrambótico suspiró, dio un paso firme hacia adelante y con el puño a la altura de su hombro asentó un fuerte gancho derecho en la cara de Ekko golpeado justamente su nariz.

Ekko soltó un quejido y de su nariz comenzó a brotar sangre, su espalda se estampó contra el suelo fuertemente. Sin poder aguantar las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, sus lentes habían salido volando y se habían estampado contra el suelo.

- P-Por favor... Déjenme... -sollozó mientras limpiaba sus ojos y su nariz.

Draven metió las manos en sus bolsillos, pateó la mochila de Ekko y se fue en compañía de Jayce.

Ekko carraspeó levemente y limpio las lágrimas de sus ojos, su uniforme se había llenado de polvo y su nariz sangraba levemente. Limpió su nariz nuevamente y se levantó, no lloraba tanto por el dolor, lloraba por el sentimiento de impotencia al no poder defenderse, siempre había sido así. Desde el día en que entró a la escuela no había servido para nada más que ser la burla de sus compañeros, se odiaba, odiaba su cuerpo tan frágil, ¿por qué tenía que ser así?, ¿por qué no podía ser como los demás chicos?...

Recogió sus lentes cuando sintió que el dolor ya no era tan fuerte, gracias a dios nuevamente no se habían estrellado. Se los colocó de nuevo y avanzó un par de metros más para recoger su mochila, no quería ir a la enfermería, era sólo un pequeño sangrado en la nariz, sólo quería ir a su cuarto y descansar...

Jinx arrojó su mochila a la cama, se sentía fatal, no quería nada más que dormir lo que restaba del día. Las tareas no importaban. Sin quitarse el uniforme se acostó en la cama, el sueño apenas comenzaba a apoderarse de ella cuando la puerta de abrió, era obvio que se trataba de Ekko por lo que no abrió los ojos.

- H-Hola. -saludó él entrando en la habitación

- Hola. -respondió ella indiferente.

- Perdón si te levanté... -su voz sonó quebradiza, Jinx notó eso y abrió los ojos algo extrañada, vio a Ekko algo borroso y unos instante después se dio cuenta de que tenía una mancha de sangre en la nariz, su ropa estaba sucia y se notaba que había estado llorando.

- ¿Qué te pasó? -la pregunta salió de la nada.

- Yo... Me caí... -respondió Ekko, era evidente que mentía pero esperaba que Jinx le creyera.

- Vamos, ¿esperas que crea algo tan estúpido? -se levantó de la cama y se acercó a él.- Déjame ver eso. -dijo casi en forma de orden.

Ekko por un momento se negó pero no tardó mucho en ceder ante ella. Jinx sujetó su barbilla y observó de cerca su rostro.

- ¡¿Te golpearon?! -Ekko forcejeó y se separó de ella.

- Y-Ya te dije que... Me caí... -su voz volvió a sonar quebradiza.

Mi nueva vida escolar. (Jinx X Ekko - League of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora