Como una chica.

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Ya habían pasado casi dos semanas desde que Jinx había llegado ebria al departamento. Ekko no le había mencionado nada acerca de la tal Vi, sentía que no debía entrometerse en sus asuntos personales.

Tal vez ella era su hermana, quizás no habían tenido una buena relación y ella deseaba recibir muestras de afecto de su parte o quizás era su madre, en la misma situación. O tal vez... ¿Su novia? Bueno, no la conocía del todo bien, quizás tenía otro tipo de orientación sexual. No quería entrometerse demasiado en el tema, Jinx seguramente se enfadaría con él si la comenzaba a molestar respecto a ese tema.

El timbre sonó causando ese molesto ruido a través de toda la escuela. Los alumnos comenzaron a salir de las aulas llenando ahora los pasillos. La mayoría iban en dirección a la cafetería; ir a ahí luego de las clases era una costumbre para la mayoría de los alumnos, inclusive se podía ver a algunos maestros ahí de vez en cuando.

Ekko no se sentía con ganas de ir a ahí, mucho menos con las grandes nubes grisáceas que cubrían el cielo.

Caminó por el pasillo lo más rápido que pudo, parecería ridículo, pero le tenía un extraño pudor a los truenos, los estruendos que causaban le provocaban un gran miedo, se ponía nervioso y no sabía ni siquiera por qué. Él sabía que las probabilidades de que un rayo lo golpeara o alguna cosa por el estilo era muy baja, pero aún así no podía evitar sentir miedo al escucharlos.

Las horas pasaron, Ekko compró una golosina en la máquina expendedora para comer, no tenía hambre ni mucho menos ganas de salir con la gran llovizna que había comenzado.

Eran ya las 9, Ekko ya había tomado su baño por lo que sólo esperaba un rato más para poder dormir.

Jinx nuevamente no había estado en la habitación en todo el día, había estado pasando así todos los días, sólo llegaba a las 10 de la noche y se dormía, ni siquiera tomaba una ducha.

Aunque no quisiera hacerlo, le preocupaba mucho que Jinx estuviera haciendo cosas que perjudicaran su estadía en la escuela, aunque ella no lo quisiera, debía admitir que se había encariñado un poco de ella, ver esa bonitas trenzas azules le hacían sentir un extraño sentimiento de calidéz.

No le sorprendería mucho que Jinx llegara tarde ese día, pues era viernes y la mayoría de alumnos salen a divertirse, pero que Jinx lo hiciera toda la semana sí que le parecía preocupante.

Cerró los ojos para tomar un largo respiro, había estado preocupándose demasiado los últimos días. Debía darse un ligero descanso. Pero como el universo conspira en su contra, no pudo disfrutar el descanso, un destello iluminó la habitación, Ekko cerró los ojos fuertemente y se tapó los oídos, el estruendoso rugido se apoderó del ambiente por varios segundos, las manos de Ekko temblaban y su respiración se agitó de un segundo a otro, jadeó un par de veces y alejó las manos de sus oídos.

Había durado más tiempo de lo que pensaba con los oídos tapados, pues cuando abrió los ojos se dio cuenta de que Jinx estaba en la habitación, su ropa estaba empapada al igual que su cabello. No se notaba de muy bueno humor.

- B-Buenas noches. -saludó Ekko.

No hubo respuesta, tal y como en las noches anteriores. El desanimo lo invadió nuevamente, le entristecía que no le respondiera un simple buenas noches...

Un nuevo destello iluminó la habitación, Ekko no tuvo el tiempo suficiente para reaccionar, el estruendo resonó sin darle tiempo de taparse los oídos, sintió un escalofrío veloz y soltó un grito a la par del rugido.

- ¡¿Qué pasa?! -gritó Jinx alarmada por el grito.

Ekko sintió una gran vergüenza, sus mejillas comenzaron a arder. Le daba pena que Jinx se enterara de que le tenía miedo a los truenos. Se burlaría de él.

- E-El trueno me asustó, l-lo siento. -le sonrió y se acostó en su cama, un nuevo estruendo resonó en la habitación y Ekko volvió a soltar un grito.

- ¡Son sólo truenos! -gritó mientras de cambiaba sin ningún descaro frente a él.

- Lo siento... -nuevamente se disculpo.- Es que... Me dan mucho miedo los truenos. -

- Pues más vale que dejen de hacerlo, porque no quiero escucharte gritar toda la noche. -Jinx arrojó la ropa al suelo y se lanzó en su cama.

Pasaron un par de minutos y la misma situación se repitió, una, y otra, y otra vez. Cuando la paciencia de Jinx se acabo, se levantó de la cama de un salto, estaba cansada, joder, no quería tener que aguantar los gritos de Ekko toda la noche. Se sujetó a la litera y dio un salto quedando sobre la cama de Ekko, éste no dijo nada, sólo se quedó quieto mientras sentía como Jinx se acomodaba detrás de él, posando su mano sobre su cintura y su boca a la altura de su oreja.

- Duérmete ya. -dijo en forma de orden.- O tendremos que hacer que la noche pase de otra manera... -esto último lo dijo mientras acariciaba la cadera de Ekko de manera lenta.

El chico soltó un suspiro, su cuerpo era sensible a pesar de ser hombre, tenía zonas erógenas por todos lados.

Jinx notó la reacción de Ekko, le pareció algo chistoso que se agitara así sólo por acariciar su cintura. Sonrió maliciosa, quizás podría divertirse un poco con él esa noche.

- ¿Te gusta...? -no se detuvo, continuó acariciando con su mano hasta llegar a las piernas del chico, tocando su muslo, muy cerca de su entrepierna.

Ekko ahora soltó un sonoro gemido, presiono las piernas e intentó alejar la mano de Jinx con sus manos.

Ella aprovechó esto para besar su cuello, estaba recargada sobre su mano derecha, por lo que perfectamente podía alcanzar su cuello con su boca y su cintura con su mano izquierda. Lamía y dejaba saliva sobre su piel, se relamía los labios para continuar besándole.

Ekko era diferente a la mayoría de los chicos con los que había llegado a estar en una situación así. Él era un completo sumiso. Todos los chicos siempre intentaban tomar el control de la situación, pero él sólo se dejaba tocar sin ninguna resistencia. Le encantaba poder sentir que tenía el control de la situación, le resultaba tan... Provocativo.

- Eres como una chica en la cama, ¿sabías? -Jinx soltó la cintura de Ekko y se acomodó dándole la espalda.

- L-Lo siento... -respondió en voz baja con mucha vergüenza.

Dudó unos segundos entre sí preguntar a o no, pero quería que Jinx continuara tocándolo y besándole, ¿Pero y si ella no quería? O aún peor, ¿Qué tan raro se escucharía preguntando eso?

- Este... -intentó llamar su atención picándola en la espalda con su dedo índice, Jinx se giró de nuevo quedando frente a frente con él.- ¿P-Podrías seguir... Haciendo e-eso? -miraba hacia abajo evitando que Jinx le mirara a la cara.

Jinx sentía como el ego se le subía, tenía una sonrisa llena de superioridad.

- Me encantaría, chico, pero quiero dormir ya... -le acarició el mentón y le dedicó una sonrisa. Lo había dicho en un semblante provocativo para que Ekko le dijera algo como "Por favor, te deseo" o algo como "Te necesito", pero no, ella no esperaba que él realmente pensara que quería dormir. Ekko sólo se acomodó y luego de unos cuantos minutos notó que se quedó dormido. La cara de Jinx reflejaba un "¿En serio?".

- Menuda manera de arruinar la situación... -se dijo a sí misma. Ahora tendría que dormir de malas tan sólo por su estúpido ego. Se resignó, soltó un largo suspiró malhumorada y se quedó dormida sin mucho esfuerzo.

*Notas del autor:
Tengo clases y me estoy muriendo, esa es mi excusa hoy xd pero en serio la escuela está resultando muy jodida y no sé por qué :,v quizás porque me tengo que levantar a las 6:00 para poder alcanzar la ruta ;-;
Espero les guste el capítulo :,v un abrazo <3

Mi nueva vida escolar. (Jinx X Ekko - League of legends)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora