Mi nueva vida escolar. (Jinx X Ekko - League of legends)

¡Mi nueva compañera de cuarto!

Primer día de clases, para muchos es un día inolvidable, lleno de nuevas aventuras y todas esas cosas que te hacen no poder conciliar el sueño por la emoción, sin embargo, para otras personas es el inicio del tormento.

Entre esas personas se encuentra nuestro protagonista, Ekko, un chico de piel oscura, estatura baja y cabello blanco como la nieve.
Con esta descripción seguramente imaginamos a un chico guapo, o bueno, meramente atractivo, pero lastimosamente no, su apariencia física lo hace encajar perfectamente en el estereotipo de "Nerd"; una extrema timidez mezclada con inseguridad de sobra y una gafas redondas ocultado su rostro son lo que lo hacen ser catalogado como el Nerd de la clase.

Y, como todo adolescente y/o niño promedio, se levantó temprano, las grandes ojeras debajo de sus ojos indicaban la falta de sueño, su cabello estaba enredado y desordenado. Se incorporó levemente en la cama, bostezó, dio una mirada a su habitación, estaba toda desordenada, había ropa sucia en el suelo, los cuadros que adornaban sus paredes blancas  estaban mal acomodados, todo normal a excepción de una cosa; había algo diferente esta mañana, una maleta sin llenar junto a su puerta, la observó un rato y suspiró, pues él sabía para qué era.

Dejo caer sus pies al piso, sintiendo la frialdad del suelo y, con esfuerzo, se levantó haciendo rechinar las bisagras de la cama. Se encaminó a su closet y empezó a arrojar ropa a la maleta, seguido hizo lo mismo con los cajones, sacó ropa interior y la arrojó a la maleta. Cada movimiento que hacía se veía torpe, debía admitirlo, estaba emocionado y a la vez asustado, era un extraño sentimiento saber que hoy tendría que mudarse de la casa de sus padres. Arrojó una última prenda y cerró la maleta, descolgó un uniforme, tomó sus lentes de la mesa de noche y salió de la habitación, caminó por el pasillo que daba hacia las escaleras pasando junto al cuarto de sus padres, observó el interior y, tal como esperaba, estaba vacío.

- Trabajar es más importante que su hijo... -habló para sí mismo.

Con el ánimo por los suelos se encaminó al baño, tomó una ducha para levantarse los ánimos o al menos despertarlo completamente. Se vistió con el uniforme, se peinó... Bueno, hizo el intento de peinarse. Se miró en el espejo, le faltaba sólo una cosa; se acomodó los lentes delante de sus ojos y volvió a mirar el espejo. Ahora sí estaba listo.

Se encaminó al cuarto nuevamente, tomó la mochila donde llevaba los documentos y con mucho esfuerzo sacó la maleta de la habitación, ya estaba todo listo, sólo debía esperar media hora para salir en dirección a la escuela.

Jalando la maleta llegó a la cocina, no tenía idea de cómo había logrado bajar las escaleras, pero ahí estaba, dejó la maleta y fue a prepararse un café, vio una pequeña hojita pegada al refrigerador "Mucha suerte hoy, hijo, te amamos <3 -Mamá y papá"
De alguna forma u otra forma ahora sonreía, esa pequeña nota le había levantado los ánimos. Se sirvió el café y lo tomó lentamente relajandose con el silencio de la casa. Vio su reloj "7:31", ya debía salir, dio un último sorbo, corrió al baño y se lavó los dientes, tomó la maleta y colgó la mochila en su hombro, abrió la puerta y respiró hondo "Tú puedes" se dijo a sí mismo dándose ánimos, cerró la puerta con llave y tomó el primer taxi que pasó, dio la dirección de la escuela y el taxi comenzó su recorrido, vio una última vez por la ventana, como si se estuviera despidiendo de la casa.

Al cabo de una hora llegó a la escuela, pagó el taxi y con demasiada dificultad bajó la maleta, miró el edificio una y otra vez, era enorme... Miró a todos los chicos que iban llegando, algunos nuevos y otros de grados mayores.

Sin mirar a nadie caminó a la entrada del gran edificio, sintió un escalofrío al sentir como algunas miradas se clavaban a él, nervioso continuó su trayecto, entró en las instalaciones y el aire frío de los aires acondicionados le golpearon la cara. Con paso lento se acercó a la recepción.