Capítulo 7- La rosa.

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Nota de la autora: Quisiera agradecer a las personas que leen, votan y comentan mi fanfic. Soy muy feliz al saber que les gusta, me animan a seguir más y más. Además, quisiera comentar que lo que verán ahora en más en base a las rosas está basado en el fanfic "17 Roses" de JiHanLove17, se los recomiendo. Es un one-shot hermoso y con mucho sentimiendo.

Muchas gracias.

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Joshua había pasado toda la noche sentado en la habitación junto a Jeonghan, mirándolo tan embelesado, el mayor descansaba con el ceño fruncido. Seguramente estaba doliéndole el cuerpo. El americano le acarició los cabellos y se inclinó sobre él, besando su frente.

— No tengas pesadillas... Estoy aquí — susurró, sin detener las caricias, pero aún así se apartó para poder llamar a la enfermera.

Observó cómo la muchacha despertaba con mucho cuidado a Jeonghan, este con cierto reproche y además dolor, la miró sin comprender. "Te daré algo para que no duela" respondió ella, acariciando su cabeza de forma maternal mientras le sonreía con dulzura, ayudándolo a sentarlo y así darle de la medicina. Joshua se mantuvo a una distancia, detallando cada cosa que sucedía, notando las muecas de dolor que el de pelo largo hacía mientras de nuevo era acostado. La muchacha lo arropó, tomó las cosas que llevó y despidió a Joshua antes de irse, volviendo a estar solos. El americano no podía evitar querer estar cerca de él, acostarse a su lado y abrazarlo para protegerlo como no lo habían hecho. Le demostraría que no importaba el momento o pesadillas, él estaría a su lado.

Tomó asiento y deslizó su mano a tomar el celular, viendo el último mensaje que le dejó a Jun. Se sentía un poco mal por haber tomado el celular de Jeonghan pero debía enviarle mensaje a su amigo y compañero de habitación, contándole del accidente y que Jeonghan estaría internado por un tiempo. Esa misma tarde el doctor había dicho que tal vez extendería el tiempo de Jeonghan en el hospital, si bien se encontraba mucho mejor de lo esperado, también habían riesgos de que tuviera una recaída y si estaba en su casa, era obvio que el riesgo sería mucho. Preferían dejarlo descansar en el hospital.

"Jun, quiero que consigas las rosas. ¿Puedes? Te las pagaré"

Escribió pero lo borró segundos después, pensando una forma mejor de decirlo. Mejor dicho, quería que fuera especial. No dejaba de pensar, se preguntaba ¿cómo podría hacer una entrega de rosas especial? Miró a Jeonghan y parecía como si solo hacía falta mirarlo a él para tener la mejor idea que se le ocurriese. Sonrió y tomó el celular, comenzando a tipear rápidamente...

Jeonghan abrió los ojos lentamente cuando el sol se filtró por la habitación, gimiendo por la punzada de dolor en su espalda mas solo duró unos pocos segundos para así luego acomodarse, frotándose los ojos para acostumbrarse a la visión, mirando alrededor. Observó fijamente su figura, sentado en la silla con la cabeza apoyada en la pared, su brazo enyesado descansaba sobre su tórax y su pierna, suponía que era la herida, estaba estirada. Tenía grandes ojeras, sus labios estaban entrabiertos, se lo notaba muy agotado.

— Joshua... — lo llamé con cuidado, extendiendo mi mano para poder acariciar su mejilla, viendo que se removía—. Joshua, ve a descansar a tu cuarto... — pedía enternecido al verlo hacer un puchero entre sueños, poco a poco viéndolo despertar.

— Jeonghan... — habló Joshua cuando relacionó que el de cabellos largos estaba despierto. Se acomodó en el asiento luego de frotarse el rostro, tratando de despabilarse lo más pronto posible— ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a las enfermeras? ¿Te duele algo?

Duobus lateribusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora