Capítulo 22- Dolor

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- ¿Y qué opina de este?

- Señora, es un vestido hermoso, sin dudas, pero si me permite quisiera recomendarle este. Azul coral, con este delicado volado y encaje que llega hasta el codo, 50 % de seda y muy abrigado para una noche fresca. Sin duda, si usted quiere parecer elegante y, además, elevar esa hermosura que carga, este vestido es para usted.

Aquella mujer de cabello azabache observó fascinada el vestido que Jeonghan le extendía con una hermosa sonrisa. La invitó a los vestidores, prometiendo que le daría su más sincera opinión en cuanto la viera. Solo esperó unos minutos y vio a su clienta salir, con los ojos brillándole por cómo lucía dentro de aquel ropaje. Jeonghan no demoró en sonreírle de vuelta y exclamar admiración.

- ¡Se le ve perfecto, señora! Si va a esa fiesta, sin duda destacará. Será la diosa de la noche ¿no lo cree? - Jeonghan tenía ese increíble poder de convencimiento sobre todos los clientes, y no solo porque se iban satisfechos con la compra, sino también por la calidad que brindaba en general las cosas que su hermano ponía en venta. Era un increíble diseñador y empresario, Ren tenía un gusto lujoso pero se dedicaba a vender ropa para todas las clases sociales. Eso quería decir que tenía ropa de buena calidad hasta en bajos precios para que las personas con menos recursos pudieran darse el gustito de tanto en tanto, además de que le encantaba donar ropa. Ren sin dudas tenía un gran corazón a pesar de ser un maldito histérico.

- Me fascina, tiene buen ojo, hijo. ¿Cree que algún tapado de piel quede con esto?

- ¡Rotundamente no! El tapado de piel hará que el vestido pierda brillo. No necesita de eso para verse lujosa y adinerada, déjeme decirle que los hombre preferimos ver la delicadeza de las mujeres. Y estoy seguro de que a su esposo le encantará verla con este vestido junto con este saco.

Jeonghan tomó un tapado negro que resaltaba el azul y la piel blanquecina de la mujer, un saco en extremo sutil pero muy abrigado. La mujer quedó más que encantada.

- ¡Me lo llevaré todo! - anunción con felicidad, apresurándose a los vestidores. Jeonghan se dirigió a la caja para poder anotar las prendas que se irían en ese momento y preparar todo para cuando le tocara cobrar. Cuando la clienta volvió con las prendas, Jeonghan recitó el precio total de todo, tomando las cosas para poder sacar el detector, doblando las prendas con sumo cuidado y colocándolas dentro de una bolsa para luego recibir la tarjeta de crédito y hacer todo el proceso, sonriéndole cuando todo estuvo hecho-. Muchas gracias por su compra, que tenga buen día, señora.

Si algo había aprendido Jeonghan sobre la psicología de la venta y compra era que cuando un cliente decía "Me compré..." luego de que le ofrecieran algo totalmente distinto a lo que realmente iban a comprar, significaba que el cliente estaba más que satisfecho. Mas sin embargo, cuando el cliente decía "Me vendieron", significaba que fue prácticamente obligado a comprarlo. Y por supuesto, su orgullo se elevaba cuando oía un "me compré esta prenda en la tienda Blue&light", puesto que él era el causante de tantas buenas ventas. Trabajar con su hermano era algo muy bueno.

Soltó un suspiro mientras miraba la hora. Cinco minutos más y podría cerrar, un minuto más y vería a Joshua atravesar la puerta con esa ropa elegante típica de él, con su cabello peinado hacia atrás, posiblemente con alguna bebida o bocadillo en mano para ir comiendo en el camino, le sonreiría en lo que se acercaba al mostrador, le saludaría o diría algún chiste, Jeonghan reiría y pasarían lo próximos tres minutos juntos para luego cerrar el local, hacer que el resto del personal se vaya y poder volver a casa de Ren.

Y tal como predijo, Joshua estaba ingresando, pero no fue hasta que lo vio sacudir el paraguas que notó que afuera llovía. Wow, Yoon Jeonghan, sueñas despierto. Bien.

Duobus lateribusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora