Capítulo 23- Verdades

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 Se sentía aturdido por lo que acababa de decir, miraba fijamente a su hermano con los ojos desmesurádamente grandes, sin creerle en absoluto. Era imposible. No podía ser cierto. Joshua no podía estar desaparecido ¿verdad? Él solo había tomado distancia ¿¡Verdad!?

— No es cierto...

Ren miró a su hermano con lástima, haciendo una mueca con los labios antes de bajar la mirada.

— Lo siento, Jeonghan... — murmuró y eso solo alteró los nervios del pelirrojo. Jeonghan se quiso levantar mas su mellizo intentó detenerlo— ¡Quédate quieto!

— ¡Debo ir a buscar a Joshua! ¡Él no puede estar desaparecido! ¡Joshua!

Sentía que el mundo se le estaba viniendo encima, no podía ser que su mejor amigo y ahora su pareja estuvieran desaparecidos, lo único que faltaba era que Ren también desapareciera. Eso le heló la sangre, no quería que de todas las personas del mundo su mellizo también sufriera ese destino. Terminó por dejarse caer de nuevo en la camilla tras forcejear con su hermano, cubriéndose los ojos con el antebrazo. El cuerpo le dolía, suponía que eran las contusiones por la pelea. Si de algo se alegraba en ese momento, es que Wonwoo estuviera vivo y recuperándose, pero también se sentía tan culpable... ¿Por qué tuvo que pedirle que fuera a ver el departamento de Joshua? Dios, no se lo perdonaría nunca en la vida.

Ren acariciaba el largo cabello de su hermano, sintiéndose muy mal por él. Era como si también todo en su cuerpo, cada mal sentimiento que Jeonghan sufría él lo sentía como una estaca en el corazón. No soportaba verlo así. Entrelazó sus dedos con los de Jeonghan y continuó acariciando su mano, mirándolo, brindándole todo el apoyo que podía pero sencillamente era imposible en esos momentos. Había que buscar una solución pero con tanta tensión no podría hacerlo. Tomó una bocanada de aire y se acomodó contra el hombro de Jeonghan.

— Iré a llamar al doctor, ni se te ocurra escapar — habló Ren antes de tomar distancia y mirar a su hermano, yendo hasta la puerta para poder salir.

Jeonghan estaba en total shock, los ojos se le llenaban de lágrimas, era muy fuerte lo que en su pecho sentía. Era algo insoportable el hecho de saber que no hallaban ni a Seungcheol ni a Joshua, ¿cómo podría llevar eso sobre sus hombros? Definitivamente todo estaba mal.

No supo cuánto tiempo paso, no supo en qué momento pero para cuando fue consciente, ya estaba saliendo del hospital junto a su hermano, dirigiéndose al vehículo negro que era de su cuñado, quien los esperaba con una expresión que iba entre la seriedad y la preocupación. Así, volvieron a la casa de la pareja, en completo silencio. Internamente Ren agradecía que su esposo no preguntara nada aún, pues no podría contener a Jeonghan si volvían al tema de Joshua desaparecido. Ren de tanto en tanto miraba hacia atrás, a un Jeonghan perdido en sus pensamientos, perdido en la nada... Lo ayudaron a bajar y así lo llevaron hasta adentro.

— Ren, debo volver a trabajar... ¿Estarán bien?

— Tranquilo, Taekwoon, yo me encargo — dijo dulcemente el rubio mientras acariciaba la mejilla del más alto, dejándole un beso en los labios para despedirse, dejando que se fuera. Rápidamente el mayor de los mellizos, se acercó a la cocina para preparar algo tibio para su hermano— ¿Cómo te sientes?

No hubo respuesta pronta, pero entre el silencio se pudo oír un pobre murmullo que se podría decifrar como un "bien" a medias, pero Ren lo pudo distinguir como si se lo hubieran dicho al oído. Preparó un par de tazas de té y caminó hasta la sala para dejar una de ellas frente al pelilargo, sentándose a su lado. Lo rodeó por los hombros en un cálido abrazo, mirándolo y acomodando su cabello, estaba completamente destruído de ver a su hermano así. Besó su cabeza, acurrucándolo contra sí. Si algo sabía de Jeonghan, es que no debía presionarlo para hablar cuando algo estaba de mal en peor, debía tan solo abrazarlo y estar con él aunque dijera que quería estar solo.

Duobus lateribusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora