Capítulo 16- Amenaza

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  — ¿Seguro quieres abandonar, Jeonghan?

— Sí, es mucha presión y... toda mi espalda duele, mi cuerpo duele. Mi cabeza duele todo el tiempo.

Jeonghan, debes presentarte en persona a renunciar. ¿De qué trabajarás, entonces?

— No lo sé, le pediré a mi hermano un puesto en su tienda. O a su esposo. No lo sé.

El silencio se hizo presente en ambos lados, Jihoon suspiró pesadamente y tras unos momentos habló.

Te estaré esperando y... visitaré a Joshua cuando pueda ¿Estarás ahí, verdad?

— Sí, estaré aquí. Muchas gracias, Jihoonnie. Dile a JinAh-noona que seguiré su consejo de incrementar las sesiones en el psicólogo.

Por favor, Jeonghan, no agradezcas. Cuídate mucho, y cuida mucho esa mentecita jodida ¿sí? Nos vemos.

— Nos vemos.

Jeonghan colgó la llamada y dejó el celular en la mesa, mirando el rostro de Joshua. Seguía exactamente igual, no se había movido y apenas al tercer día había empezado a respirar normalmente. Y decía 'normalmente' porque antes respiraba tan lento que a veces dejaba de hacerlo, debiendo reanimarlo en varias ocasiones, Jeonghan en esas 'varias ocasiones' sentía que el alma lo abandonaba.

Tomó la mano de Joshua, estaba frío. Jeonghan quería llorar, pero se dijo a sí mismo que tenía que ser fuerte por él... Tenía que ser fuerte. ¿Por qué de una personalidad fuerte e inderrumbable, pasó a ser más frágil que un vidrio? Todo desde que conoció a Joshua. ¡Por esto no quería enamorarse! ¡Porque era un debilucho! Sí, sí, lo admitía, estaba enamorado de Joshua, era su primer amor... y por eso dolía.

— Joshua... Sé que no lo he dicho, pero me gustas. Me gustas desde el día en que apareciste en el centro comercial, ¿recuerdas? Te veías tan heroíco y genial. Fuiste bueno conmigo y, Dios, tan hermoso — comenzó a hablar, acariciando su manos con extrema suavidad—. Ya pasó una semana desde que te encontré ¿Por qué no despiertas? Por favor, Jisoo, no me dejes... He estado soñando contigo todos estos años, y una vez que te encuentro, casi te pierdo más de una vez... ¿Por qué esto está destinado a ser así? No me gusta, lo odio. Quiero ver tus ojos, quiero ver esa sonrisa tuya y esa forma tan dulce que tienes de callarme, cuando me abrazas tan protector... Quiero todo eso, quiero que por una vez estemos tranquilos. Primero el centro comercial, luego la bomba, Seungcheol, la terraza y ahora esto... ¿Cuántas sesiones tendré que tomar ahora por tu culpa? — rió de forma leve, sin vida—. Sé que es egoísta, pero tú me haces sentir completo, te quiero solo para mí. Porque sé que también te hago sentir igual, ¿me hubieras dado diecisiete rosas y salvado tantas veces si no fuera así? Sé que somos más... Así que, por favor, por favor, despierta pronto.

Se inclinó sobre él, besando su frente para poder, acomodándose en el asiento. Jeonghan ya no podía aguantar más, desde que conoció a Joshua, el mundo parecía no hacer más que intentar separarlos. No comprendía porqué. Su mente era tan frágil en esos momentos, realmente la imagen de Joshua tirado en el suelo cubierto de sangre supuso un fuerte trauma en su mente. Era como si hubiera soñado en vida, el terror fue tal que no se comparó al que sentía cuando despertaba. Tomó aire y suspiró, girándose a ver la puerta cuando esta se abrió. Una enfermera le indicaba que podía ir a casa un rato a descansar, por lo que sonrió y agradeció mientras se ponía de pie.

— Volveré pronto, Jisoo... Ni se te ocurra despertar si no estoy aquí — bromeó, besando nuevamente su frente antes de encaminarse a salir del hospital.

Estaba lloviendo, Jeonghan no tenía paraguas. Sacó su celular, comenzando a teclear, llamaría un taxi y volvería a casa. Se bañaría, dormiría una hora o dos, comería algo y volvería al hospital. Una mano en su hombro lo hizo sobresaltar.

Duobus lateribusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora