Capítulo 21- Ese lugar

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  — Jisoo... ¿Cómo sabes que la fábrica tiene dueño?

El silencio se formó entre ambos y Jeonghan se tensó, temiendo algo.

— Jisoo...

— Solo es lo que oí cuando llegué — respondió, cosa que no convenció al pelilargo.

— Jisoo, no me mientas.

— No te estoy mintiendo, Jeonghan.

— ¿Y cómo es que sabes tantas cosas si no hace mucho llegaste a Corea? — se exaltó Jeonghan, notando como Joshua apretaba el volante—. Me estás mintiendo...

— Jeonghan, no te estoy mintiendo. Deja de discutir, ¿recuerdas a Vernon? Su familia es conocida de la mía, ellos me enseñaron y contaron todo lo que pudieron ¿sí? Ya cálmate, no te estoy mintiendo. Sé que estoy en contra de Seungcheol, pero no debes atacarme y menos acusarme de algo tan falso como eso porque YO estoy ayudándote a buscarlo cuando ese maldito quiso asesinarme. Por mí está bien si él está muerto.

Las palabras golpearon duramente a Jeonghan, quien miraba fijamente al americano. Joshua lo miró de soslayo y tomó aire para calmarse, estacionando un momento, soltándose el cinturón para poder inclinándose a abrazar al mayor, acariciando su cabello.

— Lo siento, Jeonghan, no quise decir eso... Lo lamento.

Jeonghan igualmente se soltó para poder abrazarlo con fuerza, escondiendo el rostro mientras contenía las lágrimas.

— Lo lamento, perdóname ¿sí? — Joshua seguía pidiendo perdón, besando sus mejillas—. Lo lamento...

— No, yo lo siento. No quise tratarte así...— Habló esta vez Jeonghan, apartándose para poder acariciar les mejillas del menor—. Estás estresado y cansado, pero aún así me ayudas... Y yo te trato así, Dios, lo lamento.

Ambos compartieron un, dos, tres, cinco besos, Jeonghan enredó sus dedos en el cabello de Joshua y el americano acariciaba su cintura.

— Volvamos... Mañana será un largo día — dijo Joshua, dejándole un último beso para poder acomodarse en el asiento, ambos se colocaron el cinturón y así se pusieron en marcha para volver a la casa de Ren.

Cuando llegaron, Jeonghan fue a servir algo de beber y así se dirigió al encuentro de Joshua, extendiéndole un vaso, ambos bebieron con calma mientras se adentraban a la habitación en la que se hospedaban, dejaron los vasos sobre la mesa veladora y luego se acostaron. Se dieron algunas caricias para relajar la tensión, se besaron y se prometieron el mundo en susurros.

Eran las tres de la tarde y Joshua estaba manejando con calma, mirando cada punto con más detalle que la noche anterior. Jeonghan le había pedido una cámara a su hermano, logrando así capturar cada lugar que él sabía que Seungcheol solía visitar. Se estaba armando un plano en su mente, intentaba seguir un recorrido imaginario, intentaba ponerse en el lugar de Seungcheol y trataba de pensar como él. Pero de nuevo su vista se desvió a la lejana chimenea de la fábrica. Tenía una corazonada, algo le decía que debían ir por ese camino. Miró fijamente a Joshua cuando se detuvieron en un semáforo, el americano lo observó de vuelta y soltó un suspiro luego de un largo momento.

— Bien, te llevaré...

Jeonghan sonrió ampliamente y se inclinó a besar su mejilla para luego observar ansioso como la luz cambiaba a verde y podían avanzar.

Tardaron alrededor de quince a veinticinco minutos en salir de la ciudad para poder adentrarse a la ruta, donde aún habían diversos comercios y algunos hoteles, habían zonas privadas donde las personas con más dinero tenían sus casas de descanso y demás. Pero ellos siguieron de largo, hasta el campo, viendo que la fábrica poco a poco se volvía más grande, mas aún así, Jeonghan lo hizo detenerse.

— ¡Jisoo, mira! — Joshua miró hacia donde señalaba, notando un camino y que muy a lo lejos había un galpón—. Deberíamos ir.

— Jeonghan, no conocemos ese sitio. Para entrar debemos tener una orden de hallanamiento y contactar al dueño del lugar. Mira aquel sitio, se ve bastante bien, alguien debe venir seguido y mantener el lugar en pie.

Nuevamente, Joshua tenía razón. Jeonghan se resignó y asintió, mirando fijamente el lugar mientras continuaban avanzando. Debía ir ahí, algo en su mente le decía que debía ir sí o sí ahí... Aquel sitio debía ocultar algo, lo presentía. Además, la noche anterior había soñado con ese campo... Ahí debía haber algo.

__________________________________________________________ Nota de la autora

Sé que es un capítulo muy corto, pero a partir de ahora me encaminaré al final. Prometo hacer capítulos más largos de ahora hasta que termine, planeo que sean este y tres capítulos más para acabar la historia.

¡Gracias por todo el apoyo!

Duobus lateribusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora