Caso cerrado.
Jun no dejaba de derramar lágrimas, su madre lo abrazaba con fuerza y su padre le acariciaba el cabello. Jeonghan mantenía su porte profesional aunque también quería llorar.
Habían ganado.
La muerte de MíngHào involucraba más que solo una negligencia médica, involucraba dinero, herencias y más extorsiones, involucraba una cadena larga de deudas. Jun corrió hasta Jeonghan y Jihoon y los abrazó con fuerza, agradeciéndoles una y otra y otra vez. Ahora mismo sabían que el chino fallecido debía estar con su alma liviana, descansando realmente. Todo estaba bien ahora. Jeonghan acariciaba su espalda y sonreía, conteniendo más las lágrimas pero era imposible cuando su amigo se mostraba así.
Llevó a los Wen fuera, escoltándolos hasta su casa junto con Jihoon. Aunque el recuerdo de MíngHào doliera, sentían que era un peso más liviano, incluso Jun se había animado más a ser el mismo de siempre. Jihoon, a pesar de no haber conocido a MíngHào, sentía una gran sensación cuando le hablaban de él... Era como si estuviera con ellos en ese mismo momento.
— Jisoo — volvió a llamar el pelirrojo, golpeando la puerta una y otra vez, hacía ya varios minutos que estaba tocando el timbre y la puerta. En la estación habían dicho que el americano se había ido a casa mientras que él estaba en la casa de Jun, pero que no había dado otro mensaje. Estaba preocupado. Soltó un suspiro, llevando su mano al pestillo y bajándolo. La sorpresa fue grande cuando notó que estaba abierta. Según sabía, Joshua nunca dejaba la puerta abierta si no estaba en casa.
Comenzó a preocuparse, tenía un muy mal presentimiento. Se adentró. Todo estaba a oscuras, solamente la ventana abierta y las luces de la calle iluminaban la sala de estar, y por lo poco que podía ver, habían un gran desorden. El corazón de Jeonghan se oprimió mientras tanteaba la pared para buscar el interruptor, había una silueta en el suelo y lo asustaba. Prendió las luces.
La voz se le atoró en la garganta, su corazón se detuvo, sus manos temblaron y sus ojos se abrieron por la sorpresa, todo estaba tirado, roto o fuera de lugar, en medio de la sala había un charco de sangre y sobre él... Joshua. La desesperación se apoderó de su cuerpo mientras corría hacia él, arrodillándose a su lado, sosteniendo su rostro.
— ¡Joshua! — lo llamaba a gritos, pero el menor no respondía— ¡No, no, no! ¡Joshua, Joshua, despierta! Santo Dios, no... ¡No me hagas esto! — exclamaba, rompiendo en llanto. Al parecer sus gritos captaron la atención de la pareja que vivía al lado, quienes se acercaron a ver. Jeonghan se giró a verlos, tenía las mejillas empapadas en lágrimas— ¡Llamen a una ambulancia, por favor!
La pareja tardó en salir del shock pero obedecieron. Él sacó su celular y marcó directamente a la estación, explicando entre llanto y llanto dónde estaba y lo que pasó con Joshua.
¿Por qué? ¿Por qué había pasado eso?
Jeonghan estaba sentado en la sala de espera, mirando la nada mientras las lágrimas aún caía por sus mejillas, su cabello caía depresivamente sobre su rostro y su expresión era de una profunda tristeza. Wonwoo estaba allí con Mingyu, Jihoon había llegado corriendo y minutos más tarde Jun también llegó. Aún no había noticias de Joshua y eso era lo que mataba por dentro a Jeonghan, quien se abrazó a Jun para poder seguir sollozando en silencio. Aún debían investigar qué sucedió y solo Joshua podría darles los detalles. Claro, si es que sobrevivía.
Cuando Jeonghan lo encontró estaba inconsciente, pero en gran riesgo. Si la ambulancia hubiera tardado más, Joshua hubiera muerto frente a los ojos del pelilargo.
— Todo estará bien... — dijo Jihoon, acariciando su hombro pero no recibió respuesta por parte de Jeonghan. El de baja estatura suspiró y luego miró alrededor, poniéndose de pie al ver una figura aproximarse—. Seungcheol.
Al oír tal nombre, Jeonghan descubrió su rostro. La sorpresa lo invadió, Seungcheol venía uniformado, con un cuaderno y una seria expresión.
— Jeonghan — habló Seungcheol, pasando de largo la presencia de Jihoon. Jeonghan lo notó, el de baja estatura se vio algo decepcionado.
— Seungcheol...
— Estuvimos viendo el departamento de Joshua. Irrumpieron su casa, pero no se llevaron nada — comenzó a explicar, pasándole el cuaderno. El de cabellos largos lo tomó y leyó lentamente todo lo anotado—. Alguien quiso deshacerse de él.
A Jeonghan solo le entraron más ganas de llorar ¿Quién querría asesinarlo? ¿Por qué razón? Si Joshua era un ángel en vida. Jun lo codeó suavemente y señaló la puerta de la sala de operaciones, allí salían el doctor y los enfermeros, empujando la camilla donde estaba inerte Joshua. Jeonghan se puso de pie, devolviendo el cuaderno y corriendo hasta ellos.
— Todo está bien, milagrosamente se salvó — dijo el doctor. El alma le volvió al cuerpo—. Pero tenemos un inconveniente... No sabemos cuándo despertará.
— ¿A... A qué se refiere? — Jeonghan sabía lo que significaba pero no quería aceptarlo.
— El muchacho está en coma.
Jeonghan casi se derrumba nuevamente, pero ahí estaban sus amigos para contenerlo.
— ¿P-por qué...? ¿Por cuánto...tiempo? — Las lágrimas volvieron a amenazar mientras apretaba con fuerza las manos de Jun y Wonwoo.
— No lo sabemos. Pueden ser días, así como semanas o meses. — El doctor no dijo más. Jeonghan nuevamente se había escondido para poder llorar ¿Por qué sucedía eso? ¿Por qué Joshua debía sufrir eso? No era posible, no podía ser posible.
Preguntó si podía estar con él una vez estuviera instalado en la habitación, la respuesta positiva por lo menos logró hacerlo sentir más tranquilo. No podría dejar a Joshua, no en ese estado, no cuando sabía que en cualquier momento podría despertar, no podría dejarlo solo cuando Joshua hizo hasta lo imposible por él.
Pasaron las horas y Jeonghan aún estaba sentado junto a la cama de Joshua, tomando su mano, mirándolo, llorándole. No podía creerlo aún. Se acomodó para poder apoyar la cabeza en la cama, mirando el rostro inconsciente del americano ¿Cuánto podría estar sin oír su voz? ¿Sin oír su risa? ¿Y sus bellos ojos? ¿Cuánto podría soportar sin tener la brillante personalidad de Joshua cerca suyo? Las lágrimas volvieron a caer mientras acercaba la mano de Joshua para besarla, susurrando varias veces que todo estaba bien, que estaba con él, que cuando despertara, él estaría para recibirlo y estar con él. No podría soportar estar lejos de Joshua.
— ¿Qué pasó, Jisoo...? — murmuró nuevamente, sabiendo que no tendría respuesta alguna— ¿Por qué tú? — volvió a besar su mano, escondiendo el rostro segundos después. No dejaba de llorar, se sentía muy mal y asustado.
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Duobus lateribus
FanfictionJeonghan es un joven policía que constantemente tiene pesadillas, pesadillas que logran perturbarlo. En ellas hay un chico que lo llama, que le pide ayuda. "Conocí al chico de mis sueños" Nadie lo cree real, pero a Jeonghan le sucede. Con...