Capítulo Nueve: Maldita sexología.

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Camila's P.O.V.

Austin aceptó mi proposición. No le pedí salir, eso lo hizo él unas semanas después de habernos besado tras una cita. Lo convencí de que en la fiesta estaba considerablemente ebria y por eso me fui con Lauren, y se lo creyó aunque estaba casi completamente sobria.

Íbamos por el pasillo cogidos de la mano mientras la gente nos miraba. Las chicas me miraban con odio, seguramente envidia, cosa que no me gustaba ya que parecía que me iban a matar cuando me diera la vuelta. Los chicos miraban a Austin con... ¿admiración? Un chico se le acercó y le dijo algo al oído, de lo que solo pude entender tres palabras: culo, cubana y suerte. Él le dio una colleja mientras reían y me acompañó hasta mi aula.

"¿Te veo después?", me preguntó sonriendo.

"Claro, siempre nos vemos en el almuerzo", reí ya que era algo obvio. Él negó con la cabeza y me acarició la mejilla.

"No, tonta. A segunda hora nos dan una charla en el salón de actos. Al parecer viene un sexólogo o algo así", mi boca formó una O, luego recordé que quizás Lauren también estaría.

"¿Qué cursos van?", encogí los ojos.

"Los tres de nuestro nivel", se inclinó hacia mí y me besó, manteniendo el beso unos segundos, puse mi mano en su abdomen pero no me pareció apropiado separarlo. Sus labios eran muy distintos a los de Lauren, los de ella eran suaves y carnosos mientras que los de él eran muy... de hombre. Los besos también eran distintos. Él besaba de forma áspera y con ansia, como si le faltara el aire y solo pudiera cogerlo de mi boca. Lauren besaba suavemente, dejándote con ganas de más. "Camila, no compares. Austin es tu novio y Lauren es solo una con la que compartiste un beso". Un carraspeo me hizo separarme de Austin.

"Estáis en medio", la morena fruncía el ceño y miraba a Austin desafiante, luego me miró a mí y su expresión se relajó y bajó la mirada. Nos separamos y la dejamos pasar. Austin me dio otro beso antes de irse a su clase. Me giré y miré a mi sitio. Se me olvidó por completo que tenía E. S., lo que implicaba estar entre Lauren y Dinah. No sabría decir cuál era peor.

**********

Entramos en el salón de actos. Austin y yo nos sentamos en la tercera fila, Lauren en la cuarta, al lado de Sabrina. Dinah llegó más tarde y le hice señas con la mano para que se sentara a mi lado. Me sonrió al sentarse y le devolví la sonrisa. Una mujer entró en la sala, llevaba una falda azul marino que dejaba ver unas bonitas piernas y una blusa blanca. Dejó un maletín sobre la mesa que estaba a un lado y se puso frente a todos. Empezaron a cuchichear mientras la chica nos observaba uno por uno concentrada.

"Buenos días, chicos", dijo finalmente. Respondimos con un buenos días. "Seguramente os preguntaréis '¿Por qué viene una mujer a hablarnos de cosas que ya sabemos y que, además, tenemos una asignatura en la que ya hablamos de esto?'. Bueno pues, no estoy segura de si os lo preguntáis pero, no vamos a hablar de lo mismo", todos nos quedamos esperando que siguiera, pero no lo hizo. "Sé que seguramente tengáis dudas, así que... ¿Algún valiente?"

Un chico gritó: "¿Por qué estás tan buena?" y sus amigos se rieron, por desgracia también lo hizo Austin, cosa que me avergonzó.

Media hora más tarde y algunas preguntas inapropiadas hacia la sexóloga como '¿Eres tortillera?' o '¿A cuántos hombres te has tirado?' llegamos a un tema más íntimo, si es posible.

"¿Cómo de enserio os tomáis los preliminares antes de mantener relaciones? Y, ¿cuánto soléis durar en ellos?", la mujer estaba ahora sentada en el borde de una mesa que había enfrente nuestra. Un chico fue el primero en hablar.

"Lo justo para que la chica se moje y poder follársela", la mujer sonrió un poco molesta por el comentario un poco machista pero lo dejó pasar. Empezó a buscar con la mirada y se paró en mí. "No, no, no, no, no, no, no", recé.

"¿Qué hay de ti?", preguntó mirándome.

"Sí, Camila. ¿Qué tal son los preliminares con Austin?", se rió algún idiota detrás mía, haciendo al resto reírse, incluido Austin. Me giré para matarlo con la mirada pero solo pude encontrar la mirada de Lauren, con la cabeza medio agachada. Volví a mirar hacia delante.

"Yo... am... N-", Lauren me interrumpió.

"Yo me tomo mi tiempo -me giré a mirarla de nuevo y ella me miró de reojo. La sexóloga desvió su atención a ella- Me gustan los preliminares. Son como un juego", sonrió. La sexóloga ladeó la cabeza con curiosidad.

"Un juego... curiosa comparación...", sonrió.

"Sí, a ver... Un juego en el sentido de que empiezas con un beso aquí, otro allá -Lauren me miró de reojo por un segundo, y luego lo hizo la sexóloga, fue un momento incómodo-, en el cuello, una caricia en el muslo y vas subiendo la mano... -eso me hizo acordarme de lo que pasó en la fiesta, justo eso, y me removí en mi silla- Y puedes llegar al punto de hacer que la otra persona te suplique que... bueno, ya sabe...", sonrió y se recostó en su silla. Sabrina sonrió y asintió mirando a la sexóloga, que abrió los ojos sorprendida.

"Y te gusta que supliquen", afirmó la mujer.

"Sí, le encanta", respondió Sabrina. Mi cara se puso blanca al escuchar a Sabrina responder. El resto de la clase se limitó a decir 'Uuhhh'. Lauren dirigió su mirada hacia mí sin pensárselo y su sonrisa se esfumó. Yo miré al frente y no me giré más en lo que quedaba de hora.

"Que Christian Grey", oí susurrar a Dinah.

"De 0 a 10, ¿cuánto os molesta u os incomoda que vuestros amigos tengan una orientación sexual diferente a la vuestra?", preguntó la mujer.

"A mí, mientras mantengan su cosa lejos de mi culo, no me importa. Pero que no se enamore de mí", dijo un chico del fondo. Rodé los ojos y crucé los brazos.

"No te lo tengas tan creído, John. A ti no se te acercan ni las chicas", la ojiverde hizo reír a toda la sala con su comentario. Incluso a la sexóloga.

"¿Qué hay de ti...?", le preguntó la mujer.

"Lauren", la ojiverde sonrió. "A mi no me importa la orientación de mis amigos. Tienen derecho a amar y a estar con quien quieran, igual que todos", eso me pareció muy tierno, viniendo de Lauren. John se rió y dijo:

"Pero si son de tu acera mejor, así puedes follártelas", su grupo de amigos se rieron. La sexóloga lo iba a mandar callar pero Lauren la interrumpió.

"Sean o no de mi acera, tengo más posibilidades de follármelas que tú", todos incitaron a John con un 'Uuhhh'.

"Normal, con lo guarra que eres. Puta bollera", sus amigos empezaron a llamarla tortillera, guarra, zorra, etc. entre carraspeos. Eso me tocó la moral y no pude contenerme. Me levanté de la silla y miré a John llena de furia.

"¡¿Y tú qué?! La llamas guarra pero tú no te quedas corto. Te pasas la hora diciendo obscenidades y ahora vienes con esas -reí sarcástica-. La chica puede hacer con su vida y su cuerpo lo que quiera. ¡Lo que realmente te jode es que sabes que nunca la vas a tener y te carcome la envidia!", respiré hondo después de soltarlo.

Al instante me di cuenta de lo que acababa de hacer y me sonrojé. Miré a Lauren y estaba mirándome con los labios levemente separados, la vi humedecérselos y aparté la mirada hacia la sexóloga. Ésta sonreía. Inmediatamente después, pasé por delante de Dinah y salí de ahí. Oí que Dinah se levantaba y me seguía. Seguí el pasillo hasta llegar al baño y me encerré en uno de los compartimentos. Cubrí mi cara con ambas manos y grité de rabia. Oí a Dinah golpear suavemente en la puerta de mi compartimento.

"¿Qué quieres, Dinah?", pregunté desganada, con las manos aún en mi cara. La puerta se abrió despacio.

"¿Estás bien, Camila?", esa no era la voz de Dinah. Aparté despacio las manos de mi cara para encontrarla delante mía con una mueca de preocupación.

When Tomorrow Comes {Camren Fanfic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora