When Tomorrow Comes {Camren Fanfic}

Capítulo Seis: Nuevas experiencias.

Camila's P.O.V.

"Ella", dije sin pensar.

Lauren levantó las cejas en señal de sorpresa y sonrió disimuladamente. Se levantó y comenzó a dirigirse a la habitación. Yo me quedé sentada pensando en por qué la había escogido a ella en lugar de a Austin. Dinah me golpeó con el codo y volví en mí.

"Camila, levántate y ve con ella", susurró. La miré y asentí, me levanté y me aproximé a Lauren, que esperaba de pie a que yo llegara. La alcancé y entramos en la habitación. Yo entré primero y vi que Lauren hablaba con el que estaba en la puerta que se encargaba de avisar pasados los siete minutos. Lauren entró y cerraron la puerta. Ella se sentó en la cama y yo me quedé de pie, enfrente.

"No creí que te gustaran este tipo de juegos", comenzó la ojiverde.

"¿Por qué?", pregunté frunciendo el ceño.

"No sé, pareces la típica niña buena que no bebe ni juega a estas cosas, sino que se queda en casa delante de la chimenea leyendo un libro liada en una manta como un gusano de seda", sonrió ante la imagen y se apoyó sobre sus manos echándose hacia atrás en la cama.

"Llevas razón. La culpa de que estuviera ahí sentada la tiene Dinah", dije un poco enfadada.

"¿Y eso?", Lauren sonrió y se inclinó hacia delante, mostrando interés por mi historia.

"Porque yo estaba muy tranquila sentada en una de las tumbonas de afuera, escuché un ruido y me puse a decir que no me mataran, que tenía una vida por delante, que no había besado a nadie... y Dinah se centró en lo último así que aquí estamos", Lauren se echó a reír y yo inmediatamente me di cuenta de que le había dicho que no había besado a nadie aún, por lo que me puse roja. Seguramente se rió de eso.

"¿En serio le dijiste a Dinah que no te matara?", suspiré de alivio al ver que no había prestado mucha atención a lo último que dije y sonreí. Asentí y froté mi nuca en señal de vergüenza. "Esa no haría daño ni a una mosca...", sonrió y le devolví la sonrisa, ya más calmada.

Lauren se levantó de la cama y se acercó a mí, sonriendo con una mirada seductora. La miré confusa, sin saber qué pretendía, hasta que se quedó a unos centímetros de mí.

"¿Me dejarías robarte ese primer beso?", aparté la mirada de sus intimidantes ojos.

"Y-yo...", Lauren siguió acercándose y yo retrocedí, quedando contra la pared de la habitación. Recorrió mi brazo con sus dedos por la parte de encaje del vestido. Levanté la cabeza para decirle algo, separé los labios pero ninguna palabra salió de mi boca. Mi cerebro era incapaz de juntar dos simples letras para decir siquiera 'sí' o 'no'.

Su boca se acercó más a la mía pero no llegaron a tocarse. Puso su mano izquierda en mi cintura y con la derecha recorrió mi línea de la mandíbula, levantando despacio mi cabeza. Cerré los ojos y lo siguiente que sentí fue su respiración en mi cuello, lo que hizo que un cosquilleo recorriera mi cuerpo y que un suspiro saliera de mi boca.

"No soy gay...", dije en mi mente.

"Camila... respóndeme...", suspiró la ojiverde con la voz ronca, que lo único que consiguió fue excitarme más. Incapaz de responderle, me limité a agarrar su camiseta y pegarla más a mí hasta que nuestros cuerpos se tocaron. Sentí sus labios sobre mi cuello y cómo los movía despacio, acompañados de su lengua. Esta vez solté un gemido lo suficientemente alto como para que lo oyera, a lo que ella respondió presionando su cadera contra la mía.

Fue bajando por mi cuello, dejando besos lentos que cada vez me excitaban más y más hasta llegar a mi clavícula, donde paró. Subió su cabeza a la altura de la mía y me miró a los ojos. Pude ver que sus ojos esmeralda estaban notablemente más oscuros y eso me llamó la atención. Bajó la mirada a mis labios y mojó los suyos, haciendo que de nuevo, un cosquilleo recorriera mi cuerpo, centrándose en mi entrepierna. Humedecí mis labios y mordí mi labio inferior, sus ojos brillaron por un segundo al contemplarlo. De un momento a otro se acercó a mis labios sin pensarlo y me besó. Comenzó a mover despacio sus labios, ayudándome a seguirle el ritmo ya que nunca había hecho esto, y yo apoyé mis brazos sobre sus hombros, enredando mis dedos en su oscura melena.

Tomó mi mejilla con su mano derecha y la acarició suavemente a la vez que su lengua rozó mis labios, pidiendo entrar. Separé mis labios y su lengua entró suavemente en mi boca, encontrándose con la mía y haciéndome inclinarme hacia ella. Su mano izquierda bajó hasta mi muslo y empezó a subirla por debajo de mi vestido mientras seguía besándome. Cuando llegó casi a mi entrepierna me di cuenta de sus intenciones y agarré su mano para pararla.

"Lauren, yo no...", le dije con la respiración acelerada por el beso.

"Está bien", sonrió y asintió, alejó su mano y se separó, no sin antes darme otro suave beso en los labios que me dejó con ganas de más.

Llamaron a la puerta y ambas salimos de la habitación. Lauren iba normal pero yo no dejaba de pensar en lo que había pasado.

"¿Qué? ¿Qué tal? ¿Ha habido suerte? Aunque siendo Lauren seguro que sí", me preguntó Dinah cuando me senté de nuevo a su lado.

"Tú lo has dicho", observé a Lauren sentarse en un sillón y una sonrisa pícara apareció en su cara a la vez que me guiñaba un ojo, provocando otra en la mía. Dinah se dio cuenta de la escena y me dio un par de codazos haciéndome sonrojar.

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Lauren's P.O.V.

Me senté en un sillón porque no me apetecía seguir besando a gente, quería besar a una en concreto, y no solo besar.

Normani se acercó a mí y se sentó en el brazo del sillón.

"¿Qué tal ha ido?", preguntó sonriendo.

"Mejor de lo esperado. Por cierto, no me dijiste que no había besado a nadie", Normani levantó las cejas y soltó una corta carjadada.

"No lo sabía", reí y volví a mirar a Camila. Estaba hablando con Dinah y observando la botella mientras giraba. Levantó la vista un momento y me miró. Al darse cuenta de que yo la observaba, se mojó los labios y miró de nuevo a Dinah.

"¿Te gusta su modelito?", Normani me dio un pequeño empujón con la mano a la vez que preguntaba.

"Mucho, no me dijiste que el vestido tenía encaje. Sabes que me vuelve loca el encaje", la miré y ella sonreía.

"Lo sé, por eso quería que fuera sorpresa.Tendrías que haber visto su cara cuando me quedaba mirándola y te escribía. Se la notaba un poco asustada, seguro que me toma por una psicópata o algo", ambas reímos y fuimos a la cocina.

"Y cuéntame, ¿qué ha pasado ahí dentro?", Normani cogió dos cervezas, las abrió y me ofreció una. La cogí y le di un sorbo.

"Nada del otro mundo, para mí. Solo entramos, hablamos y me limité a hacer mi 'magia', ya sabes...", Normani río y asintió.

"Bendita magia", añadió y levantó la cerveza para brindar.