When Tomorrow Comes {Camren Fanfic}

Capítulo Treinta y cuatro: La cabaña.

Camila's P.O.V.

Lauren y yo íbamos de camino a la cabaña de sus padres. Clara, Michael y Taylor iban en otro coche por delante nuestra para guiarnos.

Había pasado una semana desde que Lauren y yo nos reconciliamos pero yo preferí seguir viviendo con Ally, así tendríamos más libertad y menos posibilidades de pelear.

Llevábamos bastante tiempo por un camino de tierra, solos. Al parecer, la cabaña estaba bastante perdida y alejada de la civilización. Eso tenía una parte buena y una mala. La buena, más privacidad por si quería ir a la playa con Lauren... ya me entendéis. La mala, si a alguno se nos iba la cabeza sería más difícil que viniera ayuda y se podría reconstruir la película El Resplandor pero en la playa en lugar de en la nieve.

"¿Estás bien, Camz?", Lauren me pilló en mi mundo y me preguntó un poco preocupada. La miré y asentí.

"Sí, solo pensaba en qué pasaría si alguno de nosotros se volviera loco y asesinara al resto...", la ojiverde no dijo nada por unos segundos.

"¿Debería preocuparme?", reí.

"No, tranquila. No voy a matar a nadie. No es lo mío..."

Al fin vi una casa, bastante grande la verdad, y me alegré de haber llegado. Ya me dolían las piernas de estar sentada. 

Taylor fue la primera en bajarse del coche, con una sonrisa en su rostro. Lauren y yo nos bajamos a la vez que sus padres, cogimos las maletas y entramos en la casa.

"Vaya", fue lo primero que pensé al entrar. Esa casa era gigante y te dejaba sin respiración al verla por primera.

"Chicas", nos llamó la atención Clara. "¿Dónde queréis dormir? Hay una habitación abajo y dos arriba", miré a Lauren, que rápidamente contestó.

"La de abajo", me miró de reojo y sonrío pícaramente. Ya se le veía el plumero.

"Está bien", sus padres y su hermana subieron y la ojiverde agarró mi mano y me llevó a la habitación.

Soltamos las maletas y yo me tumbé en la cama. El viaje me había agotado por completo. 

"Supongo que esta noche no tendré suerte...", sonreí y encogí los hombros.

"Nunca... -bostecé- se sabe...", Lauren rió.

"No, supongo que no...", dijo decepcionada pero con un ton de broma en su voz. "Ven, voy a enseñarte la casa"

Anduvimos por la planta baja un buen rato. Estaba la cocina, una sala de estar bastante amplia, un comedor, nuestra habitación y un cuarto de baño.

Luego subimos a la segunda planta. Solo había dos habitaciones, un baño, una pequeña "sala de juegos" con videoconsolas y demás, y por último la biblioteca de los padres de Lauren. Era la habitación más grande de la casa. Calculé que había aproximadamente casi trescientos libros (libro arriba, libro abajo).

"¿Tus padres han leído todos estos libros?", no dejaba de mirar las paredes llenas de libros.

"Y yo. Bueno, casi todos", rió. La miré sorprendida. "Cuando era pequeña y venía aquí con mi familia, me aburría la mayor parte del tiempo así que leía. Hay un relato en concreto que me encanta. Creo que estaba por aquí...", se acercó a una de las estanterías y buscó hasta encontrar un librito con cuatro o cinco páginas. Se acercó a mí y me lo dio.

"¿La Luna y el Sol?", la miré confusa. Ella sonreía.

"Algún día te lo leeré, casi me lo sé de memoria", extendió su mano para que se lo diera y lo puso en su sitio. "Y ahora, la mejor parte de la casa. Sígueme"