same age. (mccartney) beatles.

i'm drunk

No pude responderle. Los chicos nos esperaban afuera para irnos por fin a la fiesta. Paul se puso la pomada en la muñeca, buscó nuestros abrigos y nos fuimos.

La fiesta era en un gran salón, lleno de gente joven de buena pinta y vieja música.

No sé como reaccionarían estas personas si escucharan la electrónica. Aunque ha decir verdad, me gustaba más esta.

Ni bien llegamos, John se puso a dialogar con una muchacha. Qué poco duró. Ringo no podía dejar de moverse desde que había puesto un pie adentro. Estaba muy metido en la fiesta y no dejaba de sonreír.

Me senté al lado de George en un gran y largo sillón.

-Si me esperas, prima.-mintió-Puedo traer algo para beber.

-Claro.-acepté. Hacia mucho no bebía.

George se levantó de su lugar y caminó por toda la fiesta sólo para buscar algo para beber. Aunque para mi sorpresa, fue Paul quién se me acercó con dos vasos.

-Ten.-me ofreció uno y se sentó a mi lado.

-¿Qué es?-le pregunté, inspeccionando el vaso que me había entregado.

-Sólo bebe.-me dijo sonriente.-Ni yo sé lo que es.

Asentí y le hice caso. Estaba bueno. No tenía idea de qué podía ser, jamás había bebido algo así. Pero era bastante fuerte y se notaba mucho el grado de alcohol que tenía.

George apareció con dos vasos, pero al vernos se giró, y terminó dándole uno a una muchacha que estaba cerca. Para su suerte, ambos se pusieron a hablar.

-George es bueno con las mujeres.-dije.

-Es un beatle.-me dijo Paul.

-¿A qué te refieres?-pregunté.

-Créeme que esa mujer-señaló a la que hablaba con George-No lo registraría si no fuera un beatle.

-¿Es muy malo?-pregunté.

-Aveces si.-dijo y dudó-Pero, está bueno. Aveces sólo quieres un poco de atención y es fácil encontrarla. El problema es que, jamás sabes si alguien te quiere en serio o no.

-Buen punto.-le di la razón.

-¿No te gusta la fiesta?-preguntó-No es común que te quedes aquí sentada.

-Si me gusta.-me apresuré a decir-Pero no sé cómo comportarme aquí.-le expliqué-En mi verdadero año todo es tan... distinto.

-Lo entiendo.-dijo-Entonces, ¿qué quieres hacer?-preguntó, mirándome atentamente.

-Sentarme aquí está bien.-le dije-No me siento muy bien.

-¿Por qué no?-preguntó.

-Tengo mucho sueño.-le dije-No lo he dicho, pero vengo de Nueva York. Por eso mi acento es distinto.

-Ahora entiendo todo.-dijo-¿El cambio de horario?-preguntó.

-Exacto.-dije-Ya me acostumbraré. Tendré cincuenta y dos años para eso.-reí. Él hizo lo mismo.

-Bueno.-dijo-Como todo caballero, me ofreceré a acompañarte al hotel otra vez.

-No te preocupes, por favor.-le rogué-Puedo ir sola, no quiero que se pierdan una fiesta.

-¿Sabes la cantidad de fiestas que me esperan?-me dijo.-¡Tenemos una por día!

Y era real. Aveces me olvidaban que eran los mismísimos Beatles. Wow. Qué extraño decirlo. Vivo con los Beatles. Los Beatles son mis amigos.