same age. (mccartney) beatles.

the newspaper

Me sorprendí con el anuncio del diario. Aunque si había algo que me perturbaba más, era ver que Paul creía lo que leyó.

-¿Y tú vas a creer esto?-le pregunté, lanzando el diario con enojo al suelo.

-No lo sé.-dudó con sarcasmo.-¿Debería creerlo? 

Me acerqué a él, y lo apunté con mi dedo índice.

-¿Crees que los abrazos consuelan?-le pregunté.

-Deberías dejar de...-lo interrumpí.

-¿Crees que los abrazos consuelan?-volví a preguntar-¡Respondeme!

-Si.-asintió con desinterés y rápidamente. 

-Muy bien, Paul.-lo felicité irónicamente-Porque eso fue lo único que hizo John luego de que te divertías con tu ex novia.

Finalmente me ofendí y desaparecí de la cocina.

Para mi sorpresa, mientras atravesaba el living un ofendido Brian se apareció.

-¿¡Acaso están locos!?-gritó mientras todos iban apareciendo a causa del estruendo que hizo con la puerta. En su mano traía el periódico.-¡Lennon, tienes novia!

-¡Cállate, Brian!-le gritó John.-¡Todo lo que dice ese diario es mentira!

-¿¡De qué carajo hablas!?-preguntó el representante.-¿¡Acaso no ves la foto!? ¡Son ustedes dos, inútiles!-nos señaló.-¡Tú sólo nos has traído desorden!-me dijo.

-¡Es mentira, estúpido!-lo insulté-¡John sólo estaba ayudándome! 

-¿Y por qué no buscas un psicólogo?-me preguntó el tipo con una sonrisa de odio-En vez de respaldarte con nuestro dinero.-me guiñó un ojo.

-¿Sabes qué?-dije apretando mis puños-Tienes razón. ¡Qué seas completamente feliz con tu estúpido dinero! ¡Me iré!

Moría de ganas de decirle que le quedaba poco tiempo de vida. En ese momento, deseaba que muriera ya.

Sin que nadie pudiera decirme nada, bajé con prisa las escaleras del hotel. Tenía ganas de llorar. La pelea con Paul, el falso rumor y los insultos del estúpido de su representante me hacían querer explotar.

Paul apareció en casi el último escalón de la escalera y me tomó bruscamente del brazo.

-Vuelve.-pidió con firmeza.

-Suéltame.-le pedí con odio.

No me hizo caso.

-Vuelve.-volvió a pedir, un poco mas firme que antes.

-Si no me sueltas, comenzaré a gritar.-lo amenacé.

-Atrévete.-dijo-¿No tienes bastante ya con los rumores del diario?

-¿Rumores?-pregunté-Pensé que no creías que eran rumores.

-Me pediste que te crea y eso hago.-dijo-Ahora me toca pedirte que vuelvas. No puedes irte.

-¡Claro que puedo!-desafié-Tengo cincuenta y dos largos años para hacerlo.

-¡Alison, no puedes dejarme!-dijo, tomándome un poco más fuerte del brazo.

-¿En qué te afecta?-le pregunté-¡Serás exitoso conmigo o sin mi! ¡Y yo lo he visto! ¡Lo sé más que nadie!

-Vuelve.-pidió por milésima vez.

-No puedo.-me negué.

-Alison, te quiero.-dijo sonando algo cobarde.

Lo procesé por unos segundos.