same age. (mccartney) beatles.

jealous guy

-No deberías quejarte.-le susurré yo también. Paul no se movía de su lugar aún. Se rió en mi oído.

-Estas celosa.-dijo.

-Claro que lo estoy.-le dije separándome un poco de él.-Igual que tú con Mick Jagger hace diez minutos.

-No puedes hacer amistades con el enemigo.-dijo metiendo ambas manos en sus bolsillos.

-¿Ah no?-desafié-¿Quieres ver como hago amistades con el enemigo?-amagué a salir del lugar.

Paul cerró la puerta antes de que pudiera hacerlo. El baño era muy pequeño y cualquier persona podía entrar. El tipo me trajo devuelta a mi lugar tomándome con fuerza de la cintura.

-No seas mala conmigo.-pidió a escasos centímetros de mí.

-Yo no soy mala.-negué.

-Eres mala.-afirmó él.-Y eso me pone loco.

Luego de eso miré al suelo y encendí un cigarrillo.

Aspiré el humo y lo largué directo a la cara de McCartney. Él cerró los ojos por el efecto y me quitó el cigarrillo de la boca. Directamente lo llevó a la suya y fumamos entre dos sin decir ninguna palabra.

-¿No vas a decir nada?-pregunté.

-No tengo ganas de hablar.-respondió.-Aunque haría tantas cosas.-ahora miraba cada centímetro de mi rostro con atención.

-Pues hazlas.-le propuse. Estaba mal. No quería caer otra vez en lo mismo, pero se me hacía imposible.

Paul tomó mi rostro con ambas manos, aún con el cigarrillo entre sus dedos.

Se acercó a mí con lentitud y se detuvo centímetros antes.

Soltó una risa.

-¿Te causo gracia?-pregunté algo ofendida. Quería que me besara.

-Estas desesperada de ganas de que te bese.-me descubrió.

-¿Y por qué no lo haces?-cuestioné una vez más.

-Por que no puedo, cariño.-se lamentó soltando mi rostro. De todas maneras, bajo sus manos hasta mi cintura otra vez.

-Tienes novia.-dije.-Cierto.-lo estaba provocando. Se iba a enojar.

-No puedo arriesgarme a que me vean. De todas maneras, ya sabes que no es mi verdadera novia.-dijo bufando.-Tú lo eres.

Negué con la cabeza.

-Yo no soy tu novia.-dije.

-Lo serás.-confesó Paul, convencido.

-¿Qué te hace pensar eso?-pregunté.

-Me amas.-dijo.

-Te pareces a John.-reí.-Tan egocéntrico.

-He tomado clases.-dijo riendo.-Da igual, se nota cómo quieres estar conmigo.

-No lo creo.-negué riendo.

-No lo creas.-desafió.-Intentas ser indiferente conmigo y me tratas tan mal aveces.-susurró.-Pero tus ojos me gritan que sienten lo mismo que yo.

-Gran poeta, McCartney.-me burlé, soltándome de su agarre.

-¿No me perdonarás?-preguntó.

-No tengo nada que perdonarte.-le contesté.-Son tus decisiones.

-Sabes que no lo decidí yo.-le contesté.-Es una obligación que me dan.

-Aún así podrías negarte.-sostuve.