Llevame el cielo

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Desde ese momento, tratarlo fue mas fácil. Solo mis manos se libraban del temblor que recorría por entero mi cuerpo.

De modo que limpie las heridas de sus manos bajo su atenta mirada. El vaho del agua hacia que no percibiera el calor lacerante de mis mejillas sonrojadas. Deseaba pero era incapaz de dar un paso en esa dirección. No seria capaz de superar el rechazo que vendría después.

-El ojo se esta hinchando.- Comentó con voz neutra, obligándome a mirarle a la cara. Era cierto, de rojo había pasado a un feo morado y estaba hinchándose como una bola.

Deje su mano derecha dentro del agua tras haberme asegurado que en esa mano tampoco se había roto un nudillo. Y fui a la mesa. Cogí la afilada navaja y el candil. Para quemarla. Estaba al rojo cuando me reuní de nuevo con Rydian.

-Va a doler.- Avisé. Se recostó y alzo la cabeza hacia arriba dejando que su cabellera goteara fuera de la tina. Cerró los ojos y ni se inmuto cuando con un movimiento rápido corte sobre el párpado superior haciendo fluir la sangre. La hinchazón empezó a disminuir mientras la sangre fluía.

A su vez, limpie los cortes de su ceja y labios. Me incline sobre su rostro concentrada en la tarea mientras el mantenía los ojos cerrados y la respiración profunda y lenta. Pensé que se había dormido hasta que sus brazos se alzaron y tras pasar su cabeza abrazaron mi cintura y atrajeron de lado. Haciéndome caer en el agua sobre él.

-¡Estas loco!- Exclamé pero todas mis quejas quedaron acalladas con sus labios.

Esa tina no era lo suficiente amplia para ambos y menos para mi vestido. De modo que excepto por sus brazos rodeando mi cintura y por el agua inundando la tela, no notaba nada mas.
Aun con los ojos cerrados y la sangre cubriendo media parte de su cara era incapaz de luchar contra las sensaciones que me producían esos labios. Mis piernas colgando fuera de la tina y totalmente aprisionada entre los brazos de Rydian.

-¡Maldita sea, Rydian!-Dije separándome lo suficiente para respirar y ser de nuevo acallada. Liberé mi brazo para tocar su mandíbula. Dolorida. Lo que le hizo apartarse con una mueca.-Te lo mereces, mira como me has puesto.-Dije al recuperar el aliento e intentando sentirme ofendida.

Para ni sorpresa él solo rió y termino por meterme del todo en la tina. No sabría decir si entre o sobre sus piernas. Eso si, empezó a desatar los cordones del jubón de mi vestido con la destreza que lo caracterizaba. Le mire a los ojos sorprendida y me encontré con mi reflejo en esos ojos dispares.

¿Era yo, lo único que podía ver en este momento? ¿Se arrepentiría tras librarse de todos esos impedimentos?

Casi me dieron ganas de pararle. Sabía que el dolor del rechazo me dolería mas que nunca, ahora que el sabia que lo amaba. Que había aceptado su razón para negarse. Que entregarme seria decidir entre el y mi familia.

Y aún así, aun que parar seria lo mas aconsejable, cuando sentí sus dedos sobre la fina camisa, el deseo de ser tocada por él fue irrefrenable. Familia, matrimonio, fortuna, Reina o Francia, solo existían Rydian e Eve en esa habitación. Solo existía en esa habitación el hombre al que había sido entregada, que me había respetado como individuo y dejado ser. El hombre del que estaba pérdidamente enamorada.

El agua hacia la tela pesada y se pegaba a mi cuerpo imitando el peso de mi alma. Los hilos y lazos de jubón y falda flotaban en el agua. Y con la fuerza que le caracterizaba me alzó por debajo de los hombros y me pusó en pie. La falda quedo en el agua. Saqué las piernas de ella. Y yo misma me quite el jubón. Todo quedo fuera del agua con facilidad dejando charcos de agua en el suelo de madera.

De nuevo en ropa interior ante él.-No se por que me sorprende que no lleves corsé.- Sus manos se detuvieron en la piel de mis muslos que las medias no cubrían. Los dedos entre los lazos de las ligas. La mirada de esos ojos me hizo ruborizar de regocijó. Ya estaba perdida. Sus dedos soltaron las ligas y resbalaron pierna abajo, eliminando la fina tela y dejando mi piel expuesta a sus caricias.

Bésame, obedeceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora