Demonio Sin Corazon (Tomoe Y Tu)

Vidas distintas

La noche comentaba a acechar a una pequeña aldea. En la cual no vivía un gran número de habitantes. Sin embargo los pocos que ahí vivían, eran como muertos vivientes. El miedo había echo estragos en su forma de vivir, ya no habían risas, ni festejos, ni bodas, ni nada que se atreva a alegrar los días en esa pequeña aldea como antes. Todo este cambio se debió a la llegada de un zorro demonio llamado Tomoe. El era cruel, despiadado, en su vocabulario no existía la palabra piedad. Solo diversión al ver a la gente sufir. Eso era lo que lo maravillava. Mirar a la gente gritar y llorar del dolor mientras las torturaba para después matarlas o tener un poco de diversión antes. Después de todo era un hombre. Cada que se le antojaba iba a destruir alguna aldea o a robar a alguna joven bonita y de bien formado cuerpo que pudiera complacerlo. Lo que más le complacía era escuchar sus cuerpos romperse acompañados por un grito desesperado de un deténgase o un piedad por favor. Nunca era diferente. La rutina se repetía. El iba a buscar a una chica, cuando la encontraba la llevaba hasta su palacio para jugar un poco y cuando se aburría la mataba. Y esta vez no sería la excepción.

Por otra parte tn era una joven de 16 años muy amable y buena con cualquiera que se cruzará en su camino, regalandoles una sonrisa. Le encantaba jugar, aunque la gente le decía que ya estaba grabdecita para eso y debía de aceptar cabeza. Pero ella solo les sonreía y decía que a ella le encantaba jugar y que eso la hacia feliz. Pese a haber perdido a sus padres hace ya 6 años. Ellos murieron por culpa de un zorro demonio que incendio su casa. Ella fue la única sobreviente de su familia. En épocas de escases nadie quiso hacerte cargo de ella. Por lo que tuvo que aprender a cuidarse sola. Aprendió a cocinar, a lavar, a cantar y muchas otras cosas más que sin embargo solo le alcanzan para una comida al día. Y para pagar una pequeña posada que parecía que se derrumbaria en cualquier momento. Había aprendido a sonreír y a ser amable con las personas. Le tomó tiempo entender que no tenía motivos para portarse mal con los otros. Al fin y al cabo ellos no tenían la culpa de su desgracia. Actualmente vivía con una fruta y una porción de arroz al día. Pero eso no la incomodaba. Tenía hambre si. Pero era feliz.
Como natural le tenía miedo a los demonios en especial a los zorros. Puesto que la viva imagen de cuando perdió a su familia aun la atormentaba por las noches.
Todo estaba bien. Los días pasaban y ella los acompañaba. Tn ya estaba enterada de el demonio que amedrentaba a las personas. Aun así no tenía deseos de marcharse de allí. Tn sentía que esa aldea era parte de ella. Pero cuanto lamentará no haber escapado cuando tuvo la oportunidad....

Pero no es posible culpar a una persona por tener un corazón noble. Por triste que parezca los buenos siempre tienen que sufrir en manos de otros. Algunos sufren poco pero otros están destinados a sufrir el mismo infierno.