Capítulo 29

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¿Recuerdan cuando dijimos que no volveríamos a atrasarnos al actualizar? si, bueno no fue así :c culpen a los profes de la Dani, que le ponen tres pruebas para un mismo día, y a mi jefe, que me mando con un montón de trabajo para hacer en casa, en mi día libre D: incluso me había puesto a hacer un dibujo de Abinadab, que no pude terminar, así que lo pondré en el siguiente cap.

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— ¿Aske? — Se escuchó una voz tras el arquero — Bardo baja el arco, conozco a estos chicos — dijo un hombre de cabello castaño, tez blanca y ojos color miel.

— ¿Abinadab? — Dijo Aske sorprendido — ¿Qué rayos haces aquí?

— Me vine a vivir a la ciudad del lago hace un par de años — contestó el hombre, mostrando una enorme sonrisa.

— ¿Quiénes son ellos? — preguntó Bardo.

— Los tres de mechones rojos son los hermanos de los que te he contado — dijo el tipo — y la chica a la que le disparaste, es la chica con la solía salir — bardo lo miró sorprendido — por cierto Ildri, sigues igual de hermosa que la última vez que te vi.

— Estoy completamente empapada y mi cabello es un desastre — comentó la chica divertida — pero gracias de todas formas.

— Disculpa ¿Abinadab? — Llamó Fili al hombre — ¿oí mal o acaso dijiste que solías salir con Ildri?

— Lo oíste bien — respondió el tipo ampliando su sonrisa — pasamos un tiempo agradable juntos, aun no supero del todo el que me haya dejado, quizás podríamos volver a intentarlo ¿no crees hermosa? — preguntó mirando a la chica y moviéndole las cejas, haciendo enfurecer a Fili.

— ¿Esa barca de ahí es suya? — preguntó con rapidez Balin, evitando que el rubio príncipe explotara y arruinara su oportunidad de llegar a Erebor prontamente.

— Así es — Respondió entonces, Bardo.

— ¿Y de casualidad no la arriendas? — volvió a preguntar el enano.

— Conozco estos baúles — comentó Bardo — son del rey Thranduil, cualquier problema que tengan con el rey elfo no es mi problema, además ¿Qué les hace pensar que necesito su dinero?

— Amigo, estás dejándome mal frente a la chica que me gusta — Comentó Abinadab a Bardo.

— ¿Qué te gusta? — Preguntó más enojado Fili.

— esas botas usadas y esa ropa desgastadas — continuó Balin, evitando por segunda vez una posible confrontación — además eres un hombre bien parecido, de seguro a estas alturas tienes hijos esperándote en casa — Bardo lo miró unos segundos y respondió.

— Un varón y dos muchachas.

— Te pagaríamos el doble — propuso Balin — solo introdúcenos en la ciudad del lago.

— Y provéenos de armas — añadió Thorin.

— Amigo, ayúdame a ganar puntos con mi futura esposa — susurró Abinadab a Bardo, pero no lo suficientemente bajo para evitar que Fili y varios más escucharan. Fili dio un paso amenazador hacia el tipo, que no lo vio porque estaba de espaldas a él, pero Dwalin lo detuvo y lo miró advirtiéndole que no hiciera nada que pudiera arruinar su posible vía de escape.

— Está bien — accedió al fin Bardo — suban a la barca — Todos obedecieron y Fili se llevó a Ildri a la parte de atrás para que no los escucharan.

— ¿Cómo es eso de que estuvieron saliendo? — inquirió molesto.

— Fue hace años Fili — respondió la chica, algo divertida.

El Hobbit y los Cazadores de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora