Narrador Omnipresente
El resto de los días se pasan como un torbellino antes del Gran Día. Mal sigue yendo todos días a ensayar con Ricardo, pero no puede evitar mirarlo ahora con repulsión y odio, e igual, todos los días va a ver a Alice, y su amistad se fue haciendo poco a poco más fuerte.
Y a Ben lo cambiaren de puesto, ahora todos los días iba a ver como Mal ensayaba con Ricardo, y sentía celos, aunque no tenía porque sentirlos, y mientras los miraba deseaba ser él quien la tocara y danzara con ella al ritmo de la música todos los días.
Narra Mal
Hoy es el Día, el día del baile, y no puedo evitar sentir náuseas cuando pienso en la cantidad de gente que me estará viendo cuando cante y baile con Ricardo. Cuando salgo de bañarme me quedo viendo con indecisión el disfraz, es morado y dorado, me disfrazaré de una genio, como el del cuento de Aladdin, llevo collares, pulseras y una cosa en la cabeza que no se muy bien cómo se llama, es bonito, pero no de las cosas que usaría por cuenta propia, no creo que vaya a sentirme incómoda, es el disfraz prefecto, así que me visto pensando en otras cosas, para no arrepentirme y cuando termino, me veo en el espejo y casi no me reconozco, tocan a la puerta y yo abro. Es Stefan. Lleva su uniforme pero me muero por verlo con su disfraz. Aunque no puedo pasar por alto el hecho de que es la primera vez que toca a mí puerta desde hace muchos días, siendo exacta, desde que me reveló lo de Máximo, así que agarro aire y lo miro a los ojos.
—Hola, Stefan, ¿que se te ofrece?— le digo amablemente.
—Yo-Yo sólo quería ver si la podía ayudar en algo, me mandaron para eso— dice mirándome
—Pues la verdad es que no necesito nada, gracias
—¿Puedo hacerte una pregunta?— me pregunta casi susurrando.
—¿Que pasó?
—¿De qué vas disfrazada?— pregunta y yo me río bajito.
—De una genio, una genio en una lámpara— le aclaro el también ríe.
—Me tengo que ir—me anuncia
—Bien, no puedo esperar con verte con tú disfraz.
Dicho esto, cierro lentamente la puerta y me voy adentro del cuarto. Me acuesto en la cama, aún es temprano, no sé qué hacer. Hasta que veo el closet, tal vez podría hacerle una visita a Alice y platicar con ella sobre cómo se siente sobre el baile.
Pero mejor me acuesto en la cama, he estado tan cansada, que me quedo dormida en un santiamén.
***
Me despierta un suave toque en la puerta, me levanto y la abro, es mi doncella.
—Señorita Mal, la esperan en el baile.
No digo nada, no es necesario. Me salgo del cuarto y camino junto a ella, poco a poco la música se va haciendo intensa, hasta que retumba en mis oídos. Llegamos al final de un pasillo y ahí están una puertas blancas. Me acerco lentamente a ellas y las abro. Al instante en que me acostumbro a la oscuridad, descubro que muchas personas me miran, me analizan, me juzgan. Las puertas se cierran detrás de mí, yo intento buscar alguna cara familiar, pero no puedo, estoy rodeada de desconocidos. Eso pienso hasta que veo al rey, vestido de capitán y al príncipe, vestido de pirata. Pienso en acercarme a Ricardo, pero veo que está coqueteando con una chica morena vestida de princesa, entonces me fijo que casi todas las chicas están vestidas de princesas, como si quisieran mandarle una indirecta al príncipe. La chica morena tiene el cabello negro, ondulado, recogido en una media coleta, su vestido es rosa claro, sencillo y largo, junto con un brillo hermoso en la mirada. Sonrío. Hace mucho que no veía una persona con ese brillo en la mirada.
ESTÁS LEYENDO
El Destino De Mal (#2)
Fanfiction"Ya todo se acabó" dijo Mal "Todos dicen que tu puedes decidir tu destino. Pero el mío ya esta escrito; no puedo hacer nada" Casi no se necesita leer la primera historia para entender ésta, sólo denle un pequeño repaso desde el final del capitulo 5