La Indulgencia de un Temerario.

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Un caballero con tanta indulgencia como osadía en su mirada, ternura en su obra.
Con la fuerza y convicción para dirigir un escuadrón completo hacia el mismo averno.
Arribar la guerra haciendo frente ante la misma muerte con toda su gélida indiferencia.

Y todo sin atreverse a trastabillar y sin perder en aquellos ojos que tanto lo definen, su gentileza y piedad.

Ah su forma de amar, ¡Tan abrumadora para el alma corrupta!
Estremeciéndola sin querer, ante el revelador furor de un rostro inocente;
la vergonzosa delicia del pecado que tan desesperadamente había deseado esconder...

Un gesto determinante e incorruptible ante mí, que sana constante y sublime
mi quebrantado espíritu con su reconfortante sonreír.

Entonces, ¿Cómo evitar el caer, por completo vencida ante sus pies?
¿Cómo no ceder la rendición del propio corazón ante esa mirada de miel?
¿Cómo no verte y sólo anhelar que las huellas de tus labios regresen a mi piel?

Las respuestas no se han logrado concretar,
y entre mi confusión y tu duda sólo os puedo asegurar
que mi lívido ansía con anhelo que cada sentir de tu cuerpo, cariño,
regrese irremediablemente a mi dominio.

-J.C.

-Con matiz enamorado y un tanto exasperado;
tu Amante Improvisada.-

Escrito en Prosa para el Fantasma de Tu Ausencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora