Lejos de casa

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Deteniéndome exhausto, justo a la mitad de este miserable viaje
A lo que parecen ser interminables millas lejos de mi hogar,
Me percato finalmente del peso de la nostalgia que entre mis pertenencias traje,
Y me asfixian las memorias marchitas de lo que nunca dejaré de amar.

Aún percibo el envolvente aroma de mi tierra en cada respiración,
La humedad y la osadía que cada amanecer envuelve la estación.
Los hombres contraponiéndose con sus arcos y espadas a la salida del sol,
Y la percusión del metal al escudar con fidelidad nuestra propia convicción.
Son ahora una nostálgica fotografía que, solía ser para el espíritu, la perfecta combinación.

Aspirando con ansias a concluir de una vez este maldito hastío,
Y que las sensaciones familiares invadan con sus ideales nuevamente mis sentidos,
Me pongo en pie ante la batalla sabiendo que vencer es ya el único camino.
Mi amigo, ¡Nuestra determinación se nutre al escuchar del batallón los bélicos aullidos!

Flaqueando, pero sin bajar la mirada ni ante la misma muerte,
Un ejército completo como portador y voz de su propio pueblo,
Luchando unido y con su último suspiro para protegerte
Querida tierra cimentada de principios, fraternidad y anhelo.

Un par de guerras más para finalmente a ti regresar,
Embriagarme con la copa de pertenencia e identidad,
Y con la satisfaciente complejidad
Que sólo en vos he logrado encontrar.

~Al lugar al que pertenezco,
y al que pronto volveré.

Escrito en Prosa para el Fantasma de Tu Ausencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora