La mañana se le antojó deliciosa. Al igual que la delicada brisa que empapaba sus pensamientos, refrescando la perspectiva.
¿Qué más daba si él no volvía?
El recuerdo permanecería ahí, intacto y estéril ante cualquier idea corrupta. Y seguiría siendo grato fantasear con su presencia un par de noches más.En la penumbra de aquel sentimiento siempre existiría algo irrefutable, indestructible, que la vencería ante la nostalgia y volvería a pretender obligarla a ceder.
Como un par de cadenas de insensatez que la retuvieran en un destino irrealizable.
Siempre. En su totalidad imposible.Renunciar a ese dolor le parecía insoportable contra toda lógica. Los constantes e hirientes arrebatos de su obsesivo anhelo le empezaban a resultar familiares, casi placenteros.
Si...
Obsesión era la mejor palabra para describir aquel sentimiento.
Un abismo de caída sin aparente fondo. Tan sólo infinita y abrumadora oscuridad que envolvía a la esencia con un vértigo agradable, acogedor.Sonrió. Si ese era el castigo por su pecado, vaya que era una hermosa maldición que se burlaba a carcajadas de su grisácea realidad. Sin sabor, sin tono concreto. Más bien iluminada por un puro desdibujado sarcasmo de un deseo frustrado.
"Dejarte ir... ¿Quién dijo que pretendía madurez? ¿Quién dijo que pretendía tu felicidad y tu bien? Creo que mi amor por ti no supera mi obsesión..."
Agonizando por la Abstinencia; Tu Fiel Adicta.
-R.V.
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Escrito en Prosa para el Fantasma de Tu Ausencia.
PoesíaCartas no entregadas a sus pertenecientes lúgubres sombras. Las ideas se oscurecen y la perspectiva palidece, las letras tropiezan con el tiempo y se desgastan en mi temple escapando a trastabillas como mortíferos versos que buscan complacer el deli...