Escrito en Prosa para el Fantasma de Tu Ausencia.

La Belleza de un Delito.

Te escribo cariño, probablemente por última vez,
ya que, si pudiese asegurar el futuro claramente lo hubiese procurado en este lacerante trago.
Si tan sólo pudiese leerte y descifrar tu inspiración cuando me ves,
corazón, sin dudarlo nos ahorraría este vívido recuerdo amargo.

Y aquí estamos, afrontándonos de nuevo con una abrumadora cuestión,
que para ti luce tan insípida e insignificante que sólo me causa una prominente impotencia,
ser consciente de tu razón por corresponder mi constante provocación,
fue un lujo que deseaba delicioso, pero que desencadenaste en exquisita decadencia.

El incandescente éxtasis del sentir, que consumía mi esencia en una flamante opresión,
no fue para ti más que la frialdad de una pasajera pasión
a la que sueles ceder con regularidad y al parecer, con diversión.

Asfixiante fue cada palabra de aquella declaración imprudente,
que como acostumbro, me es difícil de callar.

Cada sentimiento se quebrantó en una dulcísima muerte
de la que has sido testigo y autor, al ser incapaz de amar.

¡Qué bello delito el que has cometido en mi cuerpo y espíritu!
¡Vaya profesionalismo de interpretar un indulgente asesino!
Tal tacto y compasión de consumar deseos prohibidos con ímpetu,
Para concluir el acto con el rechazo de una sincera emoción y delinquir nuevamente en cada uno de mis sentidos.

El desvelo de tus ojos no me miente,
tu abrazo compasivo me sobrepasa y me hiere.
Mi corazón descansa sobre el tuyo con una calma inerte
y la prerrogativa que intentaba resolver, de a poco en mi mente muere.

Hundiré mi egoísmo en uno de mis peores abismos
porque, incluso sin existir compromiso no me podéis corresponder
más que en la peligrosa lujuria de degustar la piel.
Con un agridulce sabor a nostalgia, fuerza tendré que pretender
y una quebrantadora distancia con eternidad enfrentaré, entre vuestros labios y los míos.

-Con amarga tinta; Tu Amante Improvisado.

-J.C.