Capítulo 17: Descubriendo la verdad y sentimientos revelados

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*Capítulo 17: Descubriendo la verdad y sentimientos revelados*

Narra Sebastián

En cuanto terminé de hacer el desayuno decidí hablarle a Cristel, quien aún no salía de su cuarto.

Toqué su puerta.

—¿Cristel?—.

No recibí respuesta.

Volví a tocar pero esta vez un poco más fuerte.

—Cristel ¿estás despierta?—.

El silencio fue mi respuesta.

—¿Estás ahí?— pregunté de nuevo.

No esperé más y giré la perilla.

Entré y revisé todo el cuarto.

No había señal de ella.

¿A dónde fue tan temprano?— me pregunté, para regresar al comedor.

Tomé mi móvil, busqué el número de Cristel entre mis contactos y la llamé.

—El número que usted marcó esta apagado o fuera de servicio, favor de dejar su mensaje después del tono—.

Narra Cristel

Después de un largo viaje en autobús, bajé a unas cuantas cuadras de la casa de mis padres.

Caminé quince minutos hasta que finalmente llegué a la puerta de mi antigua casa.

Toqué la puerta y no recibí respuesta, así que decidí tocar el timbre.

Escuché pasos del interior de la casa acercándose.

Mi padre se asomó del otro lado.

—Hola—.

—¡Hija! Vaya sorpresa. Que alegría que nos visites— me respondió muy feliz para invitarme a entrar.

Los dos entramos y dirigimos a la sala.

Ambos nos sentamos y a los pocos minutos mi madre salió de la cocina.

—¡Hijita!— dijo muy feliz para acercarse y darme un abrazo.

Un minuto después tenía suficiente.

—Listo mamá... Me asfixias— le dije para que se separara de mí y tomara asiento alado de mi padre.

Los dos quedaron frente a mí.

—¿Qué pasó hija? ¿Necesitas algo?— me dijo con una sonrisa gigante mi madre.

—Vine aquí porque quiero hablar con ustedes de un tema muy importante—.

—Claro, ¿qué pasa?— preguntó mi padre algo preocupado.

—No vayan a ponerse histéricos, pero... Hace dos días fui secuestrada temporalmente por un hombre llamado Víctor—.

—¿¡QUÉ!?— gritó mi padre.

—¿Cómo? ¿Te hicieron algo? ¿Llamaste a la policía?— bombardeó mi madre.

—¡Tranquilos! Dejen que termine de hablar— alcé la voz.

Los dos asintieron con la cabeza y yo seguí hablando.

—Bueno, sólo fueron unas horas, después me dejó libre sin pedir nada a cambio y tampoco me lastimó. Pero lo importante fue que éste habló conmigo mientras me tenía secuestrada, me dijo que me conocía desde pequeña. Le pregunté como sabía sobre mí y me respondió que si quería respuestas, les preguntara a ustedes. ¡Así que explíquenme! ¿De qué hablaba?—.

Amor Por Error [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora