Capítulo 23: Latidos del corazón

51 5 2
                                    

... Estaba un poco cansada.

Después de una siesta en el sofá, me desperté y cuando vi a mi alrededor aún no había señales de "sonrisitas" —bueno.... me da igual— dije sin preocupación alguna, tomé mi celular para ver la hora, ya que por las ventanas no entraba mucha luz y no era por las cortinas, cuando la vi, me sorprendí mucho, ya eran las 7:16 pm —¿dormí tanto?— pensé al ver la hora, así que me levanté y fui a prepararme algo de cenar. Después de haber comido encendí la televisión para ver algún programa y distraerme, ya que el trabajo de la secu lo terminaría el lunes —total, Carlos me dijo que era fin de semana y que no tenía que trabajar sino descansar ¿no? pues eso voy a hacer— me dije en voz alta.

Narra Sebastián

Después de haber bebido diez botellas de cerveza, no podía pensar claramente, pero lo que no me gusto fue que aún lo recordaba todo, cada movimiento ¡todo! —¿cuánto es?— pregunté tambaleandome y sonriendo, por alguna razón estaba feliz y no sabía cual, el señor se acercó y me dijo una cantidad un poco grande jaja —¿no? ¿es en serio?— pregunté riéndome —es en serio. Ahora por favor pageme— me dijo extendiendo su mano para darle su dinero —okay, okay, esta bien viejo, aquí tienes— le dije, para del bolsillo de mi pantalón sacar mi cartera y abrirla, tomé todo el dinero que tenía y se lo puse en su mano, el señor lo contó y luego me dijo —espera, me diste más de lo que te dije— —¿qué?... ah no importa, quedeselo, no lo necesito— le dije para después caminar a la salida aún tambaleandome, el señor se quedó confundido y yo simplemente salí de ahí y luego me dije a mi mismo —pero esperen un momento ¿en dónde rayos estoy? ¿a qué dirección tengo que ir?—.
Después de mucho caminar pude reconocer el lugar en donde estaba, pero para llegar a mi departamento tenía que tomar un autobús o un taxi, pero no tenía ni un solo centavo, así que decidí ir caminando. —¿Realmente me gusta tanto Cristel que incluso me emborrache por primera vez por ella? ¿qué voy a hacer? no quiero que ella sepa que estoy así por haberla seguido a aquella plaza, jajaja no ni como me llamo, sólo que me gusta Cristel y que me enoje por verla besarse con otropensé, después de mucho caminar llegué a una cuadra un poco oscura y solitaria, sin preocupación seguí mi camino, cuando sentí que alguien chocó con mi hombro —¡muevete idiota!— escuché que me gritó, cuando voltee a ver eran tres hombres —¡fijate por donde caminas!— me gritó otro, no me dieron una buena pinta, así que ignorandolos me di vuelta para seguir caminando, cuando sentí una mano en mi hombro —ey, ey, te estamos hablando ¿y no dices nada? no nos ignores estúpido— —ah, yo...— iba a decir algo cuando ese mismo chico con su mano en mi hombro me empujó y tiró al piso —jajaja— escuché que otro se burló de mi —ahora aprenderás a no meterte con nosotros— me dijo otro muy amenazante —¿qué? ¿qué dijeron? no les entendí— les dije con una sonrisa, para que después de mi boca saliera un hipo, los tres me vieron de pies a cabeza y comenzaron a reírse —este bato esta borracho— dijo uno de ellos —uy ni modo amigo, pero aunque fueras mujer o niño no te salvarías de esta paliza— me dijo el que me había tirado, para después los tres abalanzarse contra mi con sus pies. Un golpe, otro golpe, aún más golpes azotaban mi cuerpo, aunque realmente no experimentaba dolor alguno por los mismos, no se comparaban al dolor que sufrí al ver a Cristel besándose con ese Carlos. De repente sentí algo en mi boca, y al escupir vi como de mi boca salía sangre —oh, oh— dije susurrando —miren el bato escupió sangre jaja— dijo uno de ellos para seguir golpeándome, sentía golpes en todas partes, en el cuerpo y cara. Cuando sentí que algo comenzaba a mojar mi cabeza, levanté la vista y estaba lloviendo —oh rayos, en buen momento tenía que llover— dijo uno molesto —ni modo, dejemos a éste aquí, y vámonos antes de que alguien nos vea— dijo otro —si, vámonos— dijo por último el otro, los tres me vieron como a una basura y se fueron corriendo, me acosté en el pavimento que ya comenzaba a mojarse —no fue tan malo ¿o si?— me dije en voz alta con una sonrisa, de repente comencé a sentir los párpados pesados y mucho frío —te amo tanto Cristel— me dije en voz alta, hasta que mis ojos se cerraron por completo.

Amor Por Error [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora