Capítulo 31: ¿Nos separamos?

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Narra Carlos

Después de que me enterara de lo que le había pasado a Cristel, inmediatamente fui al hospital en donde fue internada, y desde ese día estuve visitándola durante las dos semanas que estuvo ahí, en donde conocí a Rodrigo el agente que ayudó a Cristel y a Sandra su hermana, la cual me enteré es la mejor amiga y maestra de Sebastián (con la que cual me volví cercano).

Hoy era sábado y la daban de alta. Así que me encontraba entrando al hospital con un gran ramo de rosas que le había comprado, sabía que a Cristel no le gustaban este tipo de cosas, pero aún así había querido llevárselas, para poder verla salir del hospital con un gran ramo en sus manos.
Llegué hasta su habitación y cuando estaba a punto de abrir la puerta, ésta se abrió asustandome, saliendo Sebastián y Cristel de ella —Cristel— le hablé con una sonrisa, los dos me voltearon a ver —oh, estas aquí... de nuevo— dijo fastidiada —jaja, sé que no te complace verme, en cambio a mi verte, si. Bueno... vine a traerte este ramo de rosas, como regalo porque ya te dieron de alta— le dije —sabes que no me gustan ese tipo de cosas, así que...— me dijo irritada —si lo sé, pero yo...— —ya oíste, no las quiere, así que muévete que necesitamos pasar— me interrumpió Sebastián —tú no te metas, estoy hablando con ella, no contigo— le dije, para los dos intercambiar miradas, que al contacto chocaron entre sí.
Durante todo el tiempo que había venido a visitar a Cristel, no hubo día en que éste no me dijera que me alejara, pero era imposible, la mujer de la que estoy enamorado estaba en el hospital, no podía simplemente dejarla así como así, ¿o si? ¡por supuesto que no! —bien, basta de sus miradas de perros callejeros. Sebastián no te metas... y Carlos... está bien, aceptaré tus rosas, pero que te quede claro que esto no significa nada de lo que te imaginas, así que no te hagas ilusiones ¿entendiste?— nos interrumpió Cristel, para luego mirarme fijamente —si, entendí. Ten— le dije, para con una sonrisa extenderle el ramo, el cual me arrebató de las manos —si, si, como sea, ahora hazte a un lado, que necesito pasar. Adiós— me dijo, para que yo asintiera feliz, y me hiciera a un lado, viendo como los dos se alejaban.
—Porque a pesar de sus constantes desplantes ¿no puedo dejar de amarla?, ¿porqué no puedo simplemente olvidarme de ella y dejar de sufrir por este amor no correspondido? no lo sé. Algunas veces pienso que si la hubiera conocido de la forma en que lo hizo Sebastián, ¿hubiera cambiado algo? ella... ¿se hubiera fijado en mi? no lo sé, no lo sé, pero lo que si sé, es que no me daré por vencido, seguiré luchando para que me vea como algo más que una simple persona—.

Narra Sebastián

¡Ash ese maldito de Carlos! no dejó de poner lata durante todo el tiempo que Cristel estuvo internada, lo bueno era que ya la habían dado de alta, así ya no tendría pretexto para verla.
Estaba feliz de que Cristel volviera al departamento, durante las dos semanas que había estado en el hospital, el departamento no había sido el mismo de siempre, se sentía todo muy callado, extrañaba que alguien me dijera "muévete, estás en mi camino", ó "cállate" ó "no te metas en mis asuntos", cosas que sólo Cristel me decía, pero ya no me preocupaba más, porque Cristel ya estaba de vuelta.
Luego de salir del hospital nos dirigimos rumbo al departamento.

[...]

Luego de un trayecto, por fin nos encontrábamos en nuestro edificio, en donde subimos al elevador rumbo al quinto piso. Tras pasar cuatro pisos, por fin habíamos llegado al nuestro. Bajamos del elevador y nos dirigimos al departamento, el cual esperaba por la llegada de la dueña que faltaba —¡BIENVENIDA!— gritaron Sandra y Rodrigo en cuanto abrimos la puerta, y confeti cayó sobre nosotros —¡se la rifaron con la fiesta sorpresa, chicos!— les dije feliz, para los dos entrar al departamento y dirigirnos a la sala —¡felicidades! ya te dieron de alta en el hospital— le dijo Sandra a Cristel para echarsele encima y darle un abrazo —si, muchas felicidades, que bueno que ya te encuentras bien de salud— le dijo también Rodrigo. Cristel, luego de sacarse de encima a Sandra preguntó molesta —¿qué es esto? ¿cómo que una "fiesta sorpresa"? ¿quién les pidió que hicieran esto? no me gusta, así que largo— —no, esta vez no te saldrás con la tuya, ya preparamos todo esto para ti, así que no nos vamos a ir hasta que te hayas acabado el último bocado de comida— le dijo Sandra decidida —así es— la apoyó Rodrigo —estoy con ustedes— dije sonriendole a Cristel —ash, son un verdadero fastidio— susurró Cristel, entonces todos comenzamos a reír, para dar inicio a la fiesta de Cristel.

Amor Por Error [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora