Capítulo 28: ¿¡Cuál era la respuesta!?

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Narra Cristel

Mientras me bañaba escuché un ruido, supuse que "sonrisitas" ya se había terminado de alistar.

Después de haberme bañado, salí del baño y me dirigí a mi cuarto a cambiarme, en cuanto terminé salí de ahí y me encamine a la cocina de donde tomé algo para llevarme y desayunar. Cuando agarré todo, me dirigí a la puerta lo más rápido que pude —¿me estás evitando? o mejor dicho ¿huyendo?— escuché la voz de "sonrisitas" detrás mío, sin girar le respondí —mmm cla-claro que no. Y ya que me hablaste aprovecho para decirte que no te voy a dar ray. Así que adiós— en cuanto terminé, abrí la puerta y salí rumbo al elevador.

Mientras me dirigía a mi trabajo no dejaba de pensar en que lo que había hecho ayer, había sido un grave error... —¿porqué lo hice? ¿porqué? no debí... ahora me siento peor que antes, me siento muy ansiosa y nerviosa cuando estoy cerca de "sonrisitas" ¿qué me está pasando?— =odio admitirlo, pero lo que nos pasa es que... queremos algo más que un simple "te amo" de parte de él. Queremos que nos diga esa pregunta tonta que hoy en día los hombres le dicen a una mujer cuando las aman... "¿quieres ser mi novia?" es eso... ash ¿¡porqué nos tuvo que pasar esto a nosotras!? ¿¡PORQUÉ!?= me respondió mi conciencia, al parecer muy estresada —¿yo? ¿quiero que me pida ser su novia? ¡absurdo!— me dije a mi misma para pegarme mentalmente y seguir conduciendo.

Narra Sebastián

Me la volvió a hacer, me volvió a dejar picado... pero ya verás Cristel... ya verás... no vas a lograr evitarme por más tiempo... lo haré, aunque no esté seguro de tu respuesta... ahora que sé que te gusto como a mi me gustas, no tengo porque esperar. Lo haré... ¡lo haré!— pensé decidido, para sonreírme internamente y subirme al autobús que estaba frente a mi.

Narra Rodrigo

—¡Jefe! al parecer encontraron a dos hombres muertos en el basurero de un bar— llegó diciendo uno de mis subordinados a mi oficina, yo lo vi confundido y le dije —pues deja que quienes están a cargo se encarguen, yo sólo soy con el asesino serial— —no, es que lo mandaron a llamar a usted y a sus hombres porque parece ser que los dos tienen esa misteriosa marca de la 'V' detrás de sus orejas— me dijo aún agitado —¿¡qué!? me lo hubieras dicho antes, ¡vamos!— le dije sorprendido y algo molesto para después los dos salir de mi oficina.

[...]

Después de haber hecho todos los procedimientos correspondientes, pudimos dejar como conclusión que había sido otro caso más del asesino serial. Al parecer eran dos hombres que trabajaban en una empresa de paquetería, a los cuales no sólo mataron, sino también les robaron su ropa y una camioneta de paquetería en la cual ellos iban, eso lo descubrimos gracias a testigos que vieron entrar y salir esa camioneta de aquí, aparte de que hay marcas de llantas en todo el piso justo donde fueron encontrados los cuerpos. Al analizar bien la situación pude deducir y estar el 85% seguro de que quienes lo hicieron, se harían pasar por trabajadores de paquetería.

**Después de clases y trabajo**

Narra Sebastián

Finalmente después de haberle pedido ray a un compadre de la UNI, llegué al departamento, abrí la puerta y entré para toparme a Cristel con un plato con spaguetti, dirigiéndose al comedor —ey— le hablé, ella me volteo a ver, pero sin decir nada siguió caminando hacia la mesa, yo la seguí algo molesto y cuando la tuve a la vista, le dije —¿porqué tampoco fuiste por mi? pensé que sólo no me ibas a dar ray en la mañana. Pero ¿en la tarde...? al menos me hubieras avisado— así es... me había quedado 40 minutos en la entrada de la UNI esperando a Cristel, y aunque le marqué un millón de veces jamás me respondió, así que tuve que pedirle ray a un amigo que aún estaba en la UNI —era obvio que si no te había dado ray en la mañana, en la tarde tampoco lo haría— me respondió indiferente para seguir comiendo —osea... después de haberme dicho que estás enamorada de mi ¿me tratas así?— le pregunté confundido por su actitud —lo siento, pero el hecho de que me gustes y esté enamorada de ti, no quiere decir que voy a cambiar mi trato hacia ti— me respondió para después de verme durante unos segundos continuar comiendo su spaguetti —pero... ¿qué?— dije aún más confundido, solté un suspiro y me dirigí a mi cuarto a cambiarme y dejar mi mochila.

[...]

Después de dos horas, finalmente me decidí y me dirigí al cuarto de Cristel con una pequeña rosa en la mano y con toda la actitud posible, así es... le iba a pedir que fuera mi novia, tal vez así cambiaría su forma de ser conmigo.

Toqué su puerta y aunque no lo quería admitir, algo nervioso =¿algo? ¡te sudan las manos y en otros lugares que no puedo decir!= me dijo mi conciencia burlándose de mi =tú cállate que quien esta haciendo la parte difícil aquí, soy yo= le dije molesto, cuando escuché —pasale— de parte de Cristel, entonces giré la perilla y entré a su cuarto, cuando entré la vi sentada en su escritorio con un lápiz y unas hojas —¿estabas trabajando?— le pregunté con una sonrisa indefensa —eso no te importa ¿qué quieres?— me dijo con una mirada seria —jejeje, bueno... en realidad vengo a pedirte algo...— le solté de una vez —mmm y ¿qué es?— me preguntó sin el más mínimo interés —este... bueno... Cristel ¿QUISIERAS SER MI CHAVA?— le dije súper nervioso, de los nervios cerré los ojos, como si me fuera a golpear o yo que sé, pero después de no escuchar respuesta alguna, abrí los ojos y la vi... ahí... totalmente congelada viéndome y con los ojos demasiado abiertos que parecía que se le iban a salir —¿Cristel...?— le pregunté comenzando a asustarme por su silencio —yo, yo...— me iba a responder cuando el timbre sonó interrumpiendola —¡no! ¡maldito timbre! ¿¡quién será!? ¿¡quién me arruino el momento!?— pensé molesto —vo-voy a a-abrir— me dijo Cristel para aún en shock salir de su cuarto pasando a un lado de mi —¿pero qué...? ¿¡cuál era la respuesta!? ¡que estresante!— pensé, para verla irse.

Narra Cristel

Mientras me dirigía a la puerta mi mente seguía pensando en lo que acababa de suceder en mi cuarto —¿Sebastián me pregunto que si quería ser su chava? ¿¡enserio eso pasó!? ¡no lo puedo creer!— pensaba frustrada y en shock, finalmente llegué a la puerta, aunque seguía algo distraída.
Abrí la puerta y vi a un hombre vestido con uniforme de paquetería —¿si?— le pregunté —¿señorita Cristel Estefanía González Martines?— me preguntó —si, soy yo— le respondí —tengo un paquete para usted— me dijo, para extenderme una pequeña caja —necesita firmar aquí— me dijo para sacar un pequeño papel y una pluma —ah, si— le dije para tomar la pluma y tratar de firmar, pero me di cuenta de que la tinta se había acabado —ah, este... no tiene tinta— le dije volteando a verlo —oh lo siento ya no tengo otra ¿usted no tendrá una?— me preguntó —ah, si, espere un momento, voy por ella— le dije para darme la vuelta e ir a buscarla... cuando sentí que alguien me tapó la nariz y boca con un pañuelo blanco, entonces comencé a tratar de zafarme de su agarre, pero sin darme oportunidad alguna, mis ojos me comenzaron a pesar y lo último que pensé fue —¡Sebastián...!— entonces todo se volvió oscuro...

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Amor Por Error [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora