Capítulo 20: Consejos de amor de mi amiga

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Narra Rodrigo

Me levanté, eran las 6:30 am y (entro a trabajar a las 8:30 am) me dirigí al baño, tomé una relajante ducha, salí y con una toalla en mi cadera comencé a ver que podía hacer de desayunar, cuando se abrió la puerta de Sandra y salió toda hecha una momia jaja —¿qué hora es?— me preguntó —las 6:30 am— le respondí —¿me das un ray a mi UNI? entro a las 8:00 am— me preguntó —claro, yo entro a las 8:30 am, bañate y yo preparo el desayuno— le dije —ah okay. Y veo que aún no se te quita la costumbre de andar medio desnudo por la casa ¿verdad?— me dijo viéndome de pies a cabeza, para luego regresar a su cuarto —jajaja— me reí en voz alta. Luego de unos minutos salió de su cuarto con su ropa y toalla en brazos, y me dijo —tienes esa maña desde segundo de secundaria, amas desayunar así— se río igual que yo y se metió al baño —tiene razón, lo había olvidado, esto para mi ya es costumbre, me gusta sentarme a desayunar en pura toalla, ahora que estaba solo no me importaba mucho y aunque ahora esté mi hermana, tampoco me importa, jajaja pensé, para comenzar a hacer el desayuno.

Después de desayunar y alistarnos salimos rumbo a la UNI de Sandra justo a las 7:27 am —que bien se siente despertar y hablar con mi hermano mayor, hace mucho que no lo hacíamos— dijo Sandra mientras se maquillaba viéndose en el espejo de mi auto —jajaja, si, hace mucho— le dije al verla haciendo eso —¿y digame señorita ya tiene novio?— le pregunté —jaja, no— me respondió —¿enserio?— le pregunté —enserio— me recalcó —ah okay, me siento aliviado— le dije —jajaja ¿cómo que aliviado? ¿quieres que tu hermana se la viva toda la vida solterona?— me preguntó indignada —jaja, no estaría tan mal— le respondí —ja ja ja— oí una risa fingida salir de su boca —jaja, no te creas, puedes tener novio, con la condición de que sea más fuerte que yo y me gane en una pelea de artes marciales— le dije con una sonrisa orgullosa en mi rostro —chistoso, es imposible que alguien le gane a un agente de policía como tú, eres él más fuerte— me dijo como si estuviera haciendo puchero y a la vez alagandome —jajaja— me reí —ah, ¡ya sé quien te puede vencer en artes marciales!— me dijo de repente, lo que hizo que me intranquilizara —¿quién?— le pregunté aún viendo el camino frente a mi —Sebastián— me respondió muy feliz —¿¡qué!? ¿¡no que nada más eran amigos!?— le pregunté exaltado —jaja es broma, sólo que es la única persona que conozco aparte de ti que sabe artes marciales. Pero descuida no somos novios ni nos gustamos— me dijo muy calmada —vaya broma dije en mi mente.

[...]

Después de un trayecto llegamos a las 7:50 am a la universidad donde trabaja mi hermana —llegamos— le dije con una sonrisa —adiós, nos vemos en el departamento— me dijo para darme un beso en la mejilla y bajar del auto —adiós, cuidate— le dije antes de que se fuera. Ella me sonrió para alejarse e irse, entonces me encamine a mi trabajo.

Narra Sebastián

Después de varias clases llegamos a la clase de Literatura cuando el profe dio un anuncio —van a hacer la tarea de su libro de la página 124 en parejas que yo haré, al escuchar sus nombres se juntan para que se pongan de acuerdo en estos diez minutos que faltan para que se acabe la clase— ay no —ojalá nos toque juntos— dijo Jonh después de golpearme con su codo en mi hombro —jajaja ojalá — le dije. Después de unos minutos de escuchar muchos nombres escuché el mío —Sebastián y.... Daniela— —¡¡NOO!!— pensé en mi mente, no es que me caiga mal o que la odie, pero... pero... no sé, el estar con ella sabiendo que le gusto y pues que ella sabe que a mi no... me incómoda —uuuh— se escuchó que todo el salón nos echo bulla —los novios— escuché que alguien dijo —ay no... ¿qué voy a hacer?— pensé al oír eso, entonces Jonh se río de mi y me mostró sus ojos de bulla —¿nos ponemos de acuerdo?— escuché la voz de Daniela a mis espaldas —ah hola, si— le contesté un poco nervioso nos sentamos a platicar y ya casi estábamos terminando de ponernos de acuerdo cuando me dijo —¿y si mejor lo hacemos todo en tu departamento?— —¿¡qué!? ¿¡cómo!?— pensé inmediatamente —nooo— le contesté sin pensarlo —ah, lamento haber propuesto tan mala idea, si no quieres esta bien, quedemos así— me dijo cabizbaja —genial ahora soy el malo del cuento— —no, no quise decir eso, olvidalo, este... si quieres... si, hagamoslo, hagamos la tarea en mi departamento como dijiste, en la salida mañana nos vamos con mi amiga— le dije —bueno... si quieres, está bien... ¿qué amiga?— y antes de que le pudiera contestar el timbre sonó, era hora del receso —luego te cuento— le dije, para junto con Jonh salir casi corriendo del salón.

Amor Por Error [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora