El niño del que nunca hablé

Diecisiete

¡Alerta roja! Esto no se trata de un simulacro.

Polly, mi muñeca favorita estaba teniendo una cita con un muñeco guapo y musculoso.

Polly es muy exigente. Ella no puede salir con cualquier chico, no puede estar con alguien que no sea de la realeza.

Eso me molesto.

Así que me interpuse entre ambos para impedir que continuaran besándose.

¿Por qué Polly tenía que salir con chicos de la realeza?

¿Por qué no puede salir con un mesero?

¿Por qué no puede salir con un músico?

Si, como que toque la guitarra.

Y tenga bonitos ojos, y unas mejillas bonitas.

¿Por qué no inventan un muñeco rellenito?

Con bonita voz y que incluya su guitarra café.

En ese caso yo podría ser Polly.

Y aquel muñeco, bueno es obvio que Arthur lo seria.

Porque Arthur es bonito.

Y los muñecos de ahora, son un asco.

Me doy asco por creer que Polly necesitaba eso.

¡Ella me lo decía todo el tiempo! No le puse la suficiente atención.

Dios ¿Qué hay de malo en mí?