Seis

72.7K 8.2K 869
                                    

Arthur me ha sonreído. ¡Repito: me ha sonreído!

Cuando llegue a la escuela mis piernas temblaban con la idea de no verlo sentado en su pupitre. Le dije a mamá que no quería asistir, que me dolía el estómago.

Ella me conoce tan bien que hasta supo que mentía.

Agradezco que me haya obligado, de todos modos si no asistía la duda me hubiese carcomido viva.

Cruce la puerta y lo vi sentado en su lugar.

Creo que lo he mirado más de lo que debería, porque él me miro también.

¡Y fue ahí! ¡En ese momento!

¡Detengan la escena, agreguen zoom y córranla con lentitud! Ahí fue cuando él me sonrió.

Me desmaye después.

No literalmente, pero si fuese una película, lo hubiera hecho.

El niño del que nunca habléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora