Sesenta y uno

56.1K 6.7K 967
                                    

Querido Arthur... ¿Así se comienza una carta, no? Bueno, no tenía caso agregar tanta formalidad, pero...bueno, tengo que dejar de gastar el bolígrafo en oraciones sin significado, si...ya, lo siento.

Como decía, querido Arthur (si, lo hice de nuevo, lo siento. ¡En mi defensa estoy demasiado nerviosa!) Sé que no hemos tenido la oportunidad de conocernos como se debe. También estoy completamente segura de que no se debe a ti, sino a mí. Soy una persona tímida en extremo, tú mismo lo has dicho. Para mí no es sencillo hacer amistades, como lo es para ti. Yo nunca he estado rodeada de infinidad de personas, ni siquiera obtengo muchos likes en Facebook como tú lo haces. Nunca he hecho un chiste a mitad de clase, como sueles hacer, lo cual es fantástico porque haces que sonría aunque no quiera hacerlo y eso me hace feliz.

Jamás he reprobado un examen, tal vez eso no es negativo pero la razón por eso es que paso mis días estudiando y sí, eso es lo patético. Yo no voy a fiestas o tampoco bebo alcohol.

No soy capaz de sonreírte cuando pasas a mi lado, a pesar de que tú me estas mirando.

No puedo controlar mis manos temblorosas o el cosquilleo en mis piernas cuando hablas conmigo, incluso por internet.

No soy...no soy la chica más bonita de la escuela, eso es seguro.

Y posiblemente yo jamás estaría en tu lista de conquista.

Sabiendo todo eso, no sé qué mosco me ha picado pero me estoy arriesgando mucho al escribir esta carta y decirte lo que he querido decirte desde preescolar. ¿Lo recuerdas? Eras un chiquillo muy travieso y tierno. Eso fue por lo que me fije en ti.

¡Yo soy todo lo contrario! Es como...es como si yo fuese blanco y tu negro. Yo soy el yin y tú eres el yang. Esa es la mezcla más asombrosa, si me lo preguntas.

No voy a darle tantas vueltas al asunto porque sé que te gusta las cosas claras y breves.

Así que lo diré, simplemente lo hare: Estoy enamorada de ti.

Estoy enamorada de la forma en la que sonríes. Tus ojos se hacen pequeños y brillosos.

Estoy enamorada de tu forma de ir por la vida, sin preocupaciones. Sin importar lo que la gente dirá de ti.

Estoy enamorada de la paz que transmites. La originalidad y lo espontaneo.

Estoy enamorada de tu cabello revuelto y la forma en que cubre tu frente.

Estoy enamorada de tus atuendos.

Estoy enamorada de lo bien que tratas a tus amigos, siempre estando a su lado cuando te necesitan.

Estoy enamorada de tu música. ¡Dios, cuanto la amo!

Estas ahí, de pie, cantando. Ni siquiera abres los ojos para ver cuántas personas están mirándote, solo estas ahí, completamente perdido, sintiendo todas esas emociones que una simple canción puede otorgarte.

No sé en que pienses, o en quien al momento que cantas. Pero sigue haciéndolo, no dejes que los malos comentarios o las bromas que tus amigos hacen te impidan hacer lo que amas.

Aunque claro, sé que no te importan de todos modos.

Aun no lo creas, me has transmitido cierta seguridad. Y no lo notaba antes porque estaba tan encerrada en mi propia burbuja de tortura, en cuatro paredes de negación.

Yo valgo mucho más de lo que creía.

Soy importante.

Y espero, algún día serlo para ti.

No quiero que me veas cuando ponga esto en tu mochila, así que dejare de escribir ahora para poder colocarla allí antes de que entres al aula.

Gracias por enseñarme tanto, a través de pocas palabras.

Te quiero.

Atentamente: Tu sabes quién.

G.

Posdata: Mamá y Papá han ahorrado y me han comprado un violín. Tal vez, algún día pudiésemos hacer un dueto :) 

El niño del que nunca habléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora