Capítulo 5

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Había tanta gente allí que Sophie se había apartado un poco para estar cómoda. Entonces Rusell se había acercado a ella.

-Estás hermosa –había susurrado a su lado y ella casi había pegado el salto.

-Rusell...

-Hola Sophie.¿Cómo estás?

-Bien, y tú...

-Quisiera decir que bien.- respondió él implicando más de lo que decían sus palabras.

-Por favor , Rusell, ahora no.

-¿No quieres que hablemos porque tu marido está aquí?

-No quiero hablar ahora. –pidió ella.

-Está bien, sabes que no quiero ser quien te cause pesar. Sólo quería decirte lo bella que te ves esta noche.

-Gracias – dijo ella y esbozó una sonrisa.

-¿Quieres algo de tomar?

- Está bien- aceptó la joven que no sabía como proceder, en verdad saber que Rusell y Andreas estaban en el mismo sitio le resultaba preocupante.

-Aquí tienes – dijo unos segundos después Carver tendiéndole una copa y antes de verlo, Sophie percibió la presencia de su marido.

-No conoces muy bien a mi esposa Carver – dijo Andreas al tiempo que tomaba la copa que Rusell le tendía a ella.

-Charisteas, – saludó el otro y luego agregó – la conozco bastante bien.

-No tanto si ibas a darle esta bebida, Sophie es alérgica a las fresas - aclaró Andreas dejando la copa sobre la mesa que había al lado. Luego le tomó la mano.

-Te buscaba cariño, hay un par de personas que quieren saludarte y me preguntaban por ti.

-Yo...- musitó confusa por el enfrentamiento silencioso que se llevaba a cabo entre los dos hombres.

-Tal vez ella no quiera ir – sugirió Rusell y Sophie sintió que Andreas sujetaba su mano con más fuerza.

-Tal vez, pero yo quiero tenerla a mi lado.- dijo él y sin darle más tiempo la arrastró consigo.

-Andreas...

-¿Qué diablos crees que haces coqueteando así con él? Los rumores andan por todos lados, todos murmuran acerca de cómo él no se despega de ti.

-No hice nada y suéltame.

-No voy a soltarte Sophie.- dijo él y en aquel momento alguien la empujó obligándola a apoyarse en él para no caerse.

-Sabía que era mala idea venir -dijo ella.

-La mala idea es tener a Carver cerca de ti – contestó él mirándola con fiereza.

-Andreas, estamos en medio del salón y nos están mirando.- le advirtió al ver como la tormenta se formaba en sus ojos dorados.

-Bien – dijo él y la besó.

Durante aquellos años, la había besado algunas veces para guardar las apariencias, pero habían sido caricias leves, nada como aquello. Andreas la estaba besando con pasión, y mientras se rendía a aquellos labios que la persuadían, Sophie supo que él también actuaba así por orgullo. Pero ni aún sabiendo que Andreas sólo quería probar que le pertenecía, pudo detenerlo. Fue algo breve, pero cuando él se separó de ella , se sentía totalmente atontada.

Entonces al mirar a su esposo, observó que él miraba hacia otro lado, justo detrás de ella. La joven se volvió y descubrió a Rusell parado a muy poca distancia, por su expresión era obvio que había presenciado la escena.

Rompe tu promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora