Un par de horas más tarde, el médico les informó que Stefanos tenía una leve mejoría y ambos sintieron que les sacaban un peso de encima.
-Lo mejor es que vayas a descansar un poco, lo necesitas – dijo él al ver lo demacrada que estaba su esposa, pero ella no quiso.
-Me quedaré a su lado, quiero estar aquí cuando despierte. Puedes irte si quieres.
-No voy a ir a ninguna parte, Sophie- le dijo y se sentó a su lado nuevamente.
Finalmente, la tensión y el agotamiento la vencieron y se quedó dormida contra el hombro de Andreas. Él la acomodó sobre su regazo y la cubrió con su propio abrigo. Estuvo tentado a llevársela de allí para que descansara apropiadamente, pero sabía que ella no lo aprobaría y no se atrevió a moverla mucho para no despertarla, necesitaba descansar aunque fuera poco tiempo. Se quedó cuidando su sueño y rezando porque Stefanos mejorase pronto, no recordaba haber rezado desde niño, pero era lo único que podía hacer por la mujer que amaba.
Dos horas después el médico se acercó a decirle que Stefanos había despertado y que lo trasladarían a una habitación común, Andreas despertó a Sophie con mucho cuidado para no alarmarla, aún así ella despertó sobresaltada como si esperara lo peor.
-Está bien Sophie, él está mejor, van a llevarlo a una habitación común y podrás verlo – le informó.
-Gracias a Dios – exclamó ella aliviada y él le agarró la mano para darle fuerza.
-Ve a lavarte la cara y arreglarte el cabello, si te ve así se preocupará por ti.
-Sí, eso haré – dijo y cuando intentó levantarse trastabilló, por suerte Andreas la agarró por un brazo impidiendo que cayera.
-¿Estás bien?
-Sí, es por haber dormido así. Ya estoy bien.
-¿Segura?
-Sí , Andreas, puedo caminar, no te preocupes. –dijo ella y él la soltó.
La joven fue a arreglarse y luego volvió para ver a su abuelo.
-Te esperaré aquí – le dijo Andreas y ella asintió. Respiró profundo, pues necesitaba valor para enfrentar a Stefanos.
-Sophie...-dijo el anciano en voz baja cuando la vio.
-Abuelo, ¿cómo estás?
-He tenido días mejores – le dijo y ella medio sonrió.
- Abuelo, me alegra que estés bien- expresó y se sentó junto a él para tomarle la mano.
-Lamento haberte preocupado, niña.
-Oh abuelo, yo soy quien lo lamenta, yo...
-¿Tan infeliz has sido? – le preguntó él y ella lo miró de tal forma que Stefanos pudo leer la respuesta.
- No te preocupes abuelo, haré lo que tú quieras , pero por favor quédate conmigo...
-Ay, Sophie, hace tres años temí que te quedaras sola, temí que no hubiera nadie que cuidase de ti si yo no estaba...
-Abuelo..
-Y creí que estaría bien si era él, pensé que todo iría bien para ti si era Andreas Charisteas.- explicó él con seriedad y la joven se largó a llorar. Stefanos le acarició la cabeza intentando calmarla.
Un rato después ella salió de la habitación.
-¿Todo bien? – preguntó Andreas preocupado.
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Rompe tu promesa
RomantizmAños atrás cuando se habían unido en aquel falso matrimonio. Andreas había rechazado a su inocente esposa, Sophie, y con su terrible soberbia le había hecho prometer que nunca se enamoraría de él. "Nunca te amaré Andreas" había prometido...