Capítulo Uno

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Odio con toda mi alma el puñetero despertador. Me pone de tan mal humor que si no fuera por el delicioso olor a huevos revueltos con tostadas tendría que ir a comprarme un móvil nuevo. Me quité de encima las sábanas con los pies y me rasqué la barriga que había amanecido al aire. Yo no sé lo que hacía durmiendo, pero por como dejaba la cama, tendría que ser un deporte olímpico. Me levanté con un gran bostezo y salí de mi cuarto.

En modo automático, mis pies se dirigieron al baño y me di una refrescante ducha, aunque tal vez congelada sería un mejor término. Para mi mala suerte el agua caliente no salía y después de acordarme de toda mi familia, que era poca, recordé que el termo estaba roto. Genial Jungkook, agüita fría nada más empezar, con esto no te duermes en toda la mañana.

Volví a mi habitación con una toalla en la cintura y me puse el uniforme. ¿Alguna vez os he dicho que es un atentado contra la moda? Por dios, pensé que una vez que llegase a Nueva York podría librarme de esta pesadilla, pero no, mis expectativas cayeron desde muy alto. Lo peor es que había institutos en los que no se llevaban, pero bueno, a estas alturas de la película no voy a quejarme. Para un mísero año que me queda.

Me puse frente al espejo y sacudí los pelos de salvaje que tenía. Ya está, peinado, ¿para qué más? Cogí la mochila y tras echarle un vistazo para comprobar si me faltaba algo, cerré la cremallera y bajé las escaleras hasta la cocina. Mi estómago rugió nada más entrar:

- Buenos días, papá –estaba de espaldas a la puerta, así que me acerqué.

- Buenos días, cariño –me saludó dándose la vuelta, dejando ver un gran batido de frutas que estaba preparando.

- ¿Puedo? –le pregunté inmediatamente. Los batidos de mi padre son los mejores.

- Claro, toma –me extendió el vaso y le di un sorbo entregándoselo de nuevo.

- Mmm –dije saboreándolo con los ojos cerrados-. Me encanta, ¿te lo he dicho?

- Todas las mañanas –rio, pero tenía razón.

Le di un beso en la mejilla aprovechando que él estaba bebiendo y me senté a desayunar:

- ¿No comes? –le pregunté viendo que no se sentaba.

- No, muchos hidratos de carbono entre ayer y hoy. Tengo el estómago pesado y hoy me costará la vida dar clases –dijo con una mueca.

- No importa que engordes papá, te seguiré queriendo igual –reí.

- Que considerado mi hijo llamándome gordo –dijo con molestia fingida-. Oye –dijo limpiándose la boca a causa del batido-. ¿Esta tarde tienes que estudiar?

- No –dije parando de masticar la tostada-. Los exámenes los tengo dentro de dos semanas, tengo tiempo. ¿Por qué?

- Porque tal vez me retrase unos minutos. Hoy salgo más tarde de trabajar y a esa hora habrá atasco seguro.

- Puedo coger el metro, no te preocupes –me encogí de hombros.

- Sabes que no me gusta que estés cogiendo el metro. Es peligroso.

- Pero a esa hora habrá mucha gente, no creo que me violen.

- Jungkook –me dijo seriamente.

- Vale, vale –no le hacía ni pizca de gracia que bromeara con esas cosas.

- Bueno –dijo terminándose el vaso-. Puedes regresar en metro si quieres, pero me mandas un mensaje, ¿de acuerdo?

Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora